De comentarios y de anónimos

    Han pasado casi tres años desde que comencé a publicar este cuaderno. En la primera entrada escribí los motivos que me impulsaban a hacerlo y una pequeña declaración de intenciones. Pienso que hasta ahora no me he desviado mucho de lo dicho entonces.

    Defiendo firmemente la libertad de opinión y en consecuencia me parece importantísimo mantener abierto a los lectores un lugar donde puedan expresarse. El grave problema es que algunos de esos no quieren asumir  la forma de cómo debe hacerse. Amparándose en el anonimato critican a unos y a otros de forma soez sin aportar argumento alguno, insultan o difaman gravemente. Esos anónimos se aprovechan de la libertad de ese espacio y  escriben sin hacerse responsables del texto con su firma. Eso no es libertad de expresión.

    En estos años he tenido que suprimir, si la memoria no me falla, seis entradas de opinión. Nunca he eliminado las que directamente me criticaban  y ahí siguen para quien desee comprobarlo, pero sí lo hice con esas seis que agredían la dignidad de varias personas de Cacabelos y que, para  más información, se mueven a ambos lados del mundo de la política.

    Hace más de un año, y por los mismos motivos, animé  a los lectores a que siguiesen opinando libremente utilizando las más elementales normas de educación y respeto hacia las personas e instituciones. Desgraciadamente una minoría continúa dando la vara, pero, eso sí, sin dar la cara. ¿Tanto esfuerzo supone identificarse? Esos últimos tienen toda la libertad para crear un blog personal(es muy sencillo) y escribir todo lo que se les antoje. Claro que, si se deciden a hacerlo, ya tendrán que hacerse responsables de lo que en él aparezca.

   Me resisto a cerrar el apartado de los comentarios: enriquecen el cuaderno, sean positivos, negativos, informativos o los piropos(qué caray, me gustan).  Tampoco quisiera hacer una lectura previa de los mismos antes de ser publicados. La censura hace años que afortunadamente desapareció y con ella ¿se fueron también los censores? Hasta ahora los comentarios pasan directamente del ordenador del autor a la página correspondiente de castroventosa.blogspot.com. Pero sí  os digo que, si siguen llegando esa clase de anónimos, no tendré otra solución que tomar alguna de las dos opciones anteriores… y sería una pena.