viernes, 25 de octubre de 2013

Seve se jubila, pero se queda en Cacabelos

Severiano Sánchez , Seve

Hace muy pocas fechas aparecía en este cuaderno la primera entrega de una serie dedicada a los cacabelenses repartidos por el universo, son muchos los que residen en países de los cinco continentes por diferentes motivos. Pero también Cacabelos recibe hombres y mujeres procedentes de otras zonas de España o del extranjero que  se han pegado a nuestro pueblo como lapas. Se han encontrado tan a gusto que han fijado definitivamente su residencia entre nosotros. Seguramente muchos seréis capaces de enumerar a varios de estos nuevos cacabelenses sin tener su cuna ni vínculos familiares aquí.
Severiano Sánchez, Seve, es uno de estos. Se puede afirmar, además, que decidió integrarse en Cacabelos con premeditación y alevosía porque su decisión no fue fruto del azar, no, fue pensada y  meditada.
Ahora  este compañero en las tareas educativas se jubila. La opción más común en casos similares es volver a la tierra natal, enclaustrarse en un piso de una ciudad o irse a calentar los huesos a la costa mediterránea, pero Seve tiene muy claro que se queda en Cacabelos. Os cuento:
Hace ya unos años llegaba a la capital maragata el joven Severiano, natural de la localidad extremeña de La Zarza, muy próxima al embalse de Alange y  a la romana Mérida. En Astorga trabajó educando a niños y niñas con problemas graves de audición en el colegio especial para sordos que entonces tenía la ciudad. Poco a poco las tierras leonesas fueron seduciendo a este profesor, de la misma forma que lo hizo una leonesa de la capital con la que se casó y tuvo a su hijo Álvaro.
Con su sobrina Marta en una Feria de Mayo
Posteriormente fue  El Bierzo  el que consiguió encandilarlo y provocar el definitivo asentamiento en estas tierras.  Aquí llegó para ejercer  su labor docente en el Colegio de Educación Especial “Bergidum” de Fuentesnuevas, donde ya conoció a unos  niños y niñas de Cacabelos que acudían a ese acreditado centro educativo. Años más tarde se trasladó a trabajar al Instituto “Padre Sarmiento” de Villafranca del Bierzo donde culmina su trayectoria profesional en este mes de octubre y comienza el tiempo de la jubilación.
Durante aquellos primeros y ya lejanos años de su llegada a tierras bercianas tuvo su domicilio en Ponferrada y  la ocasión  de ir conociendo con mayor profundidad nuestra comarca. Después de explorar por uno y otro lado pronto se  convenció  que Cacabelos era un lugar extraordinario para vivir. En nuestro pueblo encontró el lugar agradable que buscaba para  disfrutar  diariamente  la naturaleza y  la tranquilidad que aún nos podemos permitir en esta clase de localidades.
Y aquí está y aquí seguirá en compañía de su mujer, maestra también, cuidando los rosales de su jardín y especialmente esos olivos que tantos recuerdos le traen de su tierra natal. Continuará recibiendo emocionado la visita de Marta,  su sobrina del alma, y con los brazos abiertos esperará  a sus amigos para ofrecerles  las exquisitas aceitunas de la cosecha casera aderezadas con sus  manos.  Y sobre la bicicleta podrá  ahora prolongar los paseos recorriendo los hermosos rincones del Bierzo que tan profundamente han calado en su alma.
Es hora de disfrutar, colega. 

1 comentario :

  1. Sin duda elegir cacabelos como lugar de retiro es una buena decision, a disfrutar ahora del tiempo.

    ResponderEliminar