sábado, 18 de febrero de 2023

Los motores rugen en la noche cacabelense

 

Jorge Pérez y Miriam Vara vencedores en 2022

El rugido de los motores destacaba esta tarde y noche en las calles más céntricas. La llegada de los coches para participar en el 2º Rallye de la Mencía “Villa de Cacabelos” fueron erigiéndose en los verdaderos protagonistas de este viernes.

Los momentos más destacados de esta primera jornada se vivieron en la Plaza Mayor. Allí tuvo lugar a partir de las 21:3O la ceremonia de salida ante un numeroso público –sobre todo gallego y asturiano- que se agolpó en los soportales para disfrutar del espectáculo.

Fueron cincuenta y seis los vehículos presentados en la línea de salida. Entre los pilotos y copilotos hubo caras ya conocidas para los cacabelenses: Jorge Pérez y Miriam Vera, vencedores en la primera edición; Emilio Álvarez y Luciano Menéndez, de la Escudería Villa de Cacabelos; Iván Ares –doble campeón de España- y José Antonio Pintor, entre otros. 

Tania Martínez, alma mater de la Escudería de Cacabelos y de la organización de rallye

Alberto Otero y Jordan Vázquez

Rubén Ares, campeón de España

Los aficionados más jóvenes del rallye






Emilio Álvarez y Luciano Menéndez de la Escudería Villa de Cacabelos




Ludus Bergidum no faltó a la cita



 

viernes, 17 de febrero de 2023

El Carnaval del Colegio en imágenes (Vídeo y fotografías)

 

El Colegio Virgen de la Quinta Angustia celebró a última hora de la pasada mañana su particular Carnaval. Profes y alumnos fueron los primeros en disfrutar de estas fiestas que tendrán continuidad el lunes, martes y miércoles de la semana próxima.

VÍDEO 


 

























El colegio de Cacabelos también estrena cierre

 


Al igual que lo hiciera días pasados el colegio de Quilós, el de Cacabelos estrena también cierre en el lateral del patio que linda con la calle Ángel Basante.


 

jueves, 16 de febrero de 2023

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CDXCVII)

 



BODA DE MARUJA Y JUANÍN

 Por Antonio Esteban

Él era un hombre trabajador. Regentaba una tienda de ultramarinos en la que el ama de casa podía encontrar pescadilla congelada, por ejemplo, o botellas de coñac “Soberano”, huevos, escobas o cualquier producto que necesitase  y le sobraba tiempo para atender  el taxi, un “Seat milquinientos”, que era el coche de los taxistas. Ella era hija de Quindós y se dedicaba, junto con sus hermanas, a las labores de la casa. Cocinaba muy bien. Lo sé porque yo degustaba su cocina. Un buen día tras los escarceos consiguientes a lo largo de un par de años se casaban como manda la Santa Madre la Iglesia. Y se casaron porque Juan había dicho a quien quisiera escucharlo que él se casaría, si es que se casaba, con una hija de Quindós y así fue. Se casó con la hija más bonita de Manuel Fernández Quindós y tuvieron una hija que heredó la belleza de su madre y el amor al trabajo de su padre. Continuaron atendiendo el comercio, una vez casados y Juan dejó el taxi que no le producía rentabilidad. Le ocupaba veinticuatro horas del día. Los clientes, para ellos, para los taxistas son amigos y a los clientes se les atiende, pase lo que pase. Desgraciadamente ninguno de los dos está ya entre nosotros pero allí en donde se encuentren seguramente sonreirán al ver  esta fotografía de su boda, quizás la única que existe. Quede constancia de ello.