La noche meiga no estuvo para muchas alegrías. San Juan este año
nos regaló una buena tormenta, quizá con la piadosa intención de ayudar a las
hogueras a iluminar su noche con un variado surtido de truenos y luces. Incluso
el dios griego Zeus, amo de los cielos y del rayo, pudo también poner su
granito de arena para alborotar el tiempo.
Pero nadie pudo doblegar a algunos jóvenes
cacabelenses para impedirles cumplir con la tradición de robar tiestos. No
muchos, aunque sí los suficientes para que esta mañana el Vendimiador se viese
adornado por los “secuestrados” durante la noche.
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