miércoles, 21 de noviembre de 2012

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (XXVI)




                                           LOS SIETE MAGNIFICOS EN UN QUITAMIEDOS DEL PUENTE
                                                                                                       
                                                                                                               Antonio-Esteban González

Eran siete y seguramente  valían por setenta y siete o por setenta veces siete, como dice La Biblia, pero si nos detenemos a pensar  diríamos que podrían ser más de siete. Claro que, si fueran más de siete, yo no  titularía este pie de foto como LOS SIETE MAGNIFICOS EN UN QUITAMIEDOS DEL PUENTE.
Y son, sí, los Siete Magníficos de una época que, para ser magnífico, hacían falta muchas cosas: amor a la vida  -y ellos tenían amor a la vida-; amor a las mozas  -y ellos tenían amor a las mozas- o amor  -o deseo- a ser más de lo que eran en la sociedad en la que les había tocado vivir. Unos lo lograrían y otros no.
Lucen trajes impecables, no comprados en el Corte Inglés ni en Almacenes San Mateo  -lo veo y no lo creo,¡  pero que barato vende Almacenes San Mateo ¡-  ni en Galerías Preciados, sino confeccionados a mano por Mauríz, por Antonio, el sastre, por Lolín, el "Melero", por Toño, el "Pardal" o por Ceide y llevaban corbata de pala estrecha, a la moda, y zapatos relucientes en cuya limpieza y lustre tenía mucho que ver la mamá de cada uno de ellos y las camisas impecablemente planchadas y replanchadas y con los cuellos almidonados y el pañuelo blanco asomando, lo justo, por encima del bolsillo superior de la chaqueta a la que muchos llamaban americana y algunos  -Alfredo-  llevaban gabardina y, casi todos, una ramita de siempreviva en el ojal de la solapa.
Al fondo, la casa, emblemática, de Pepito, el de la Luz y a la derecha, abajo, los invernaderos, cuando apenas se conocían invernaderos en Cacabelos.
A lo que íbamos: de izquierda a derecha: Yul Brynner, Steve Mac Queen, Charles Bronson, Eli Wallach, James Coburn, Hors Bucholtz y Robert Vaughn o sea LOS SIETE MAGNIFICOS o, dicho de otra manera: Pedro, Abel, Antonio, Roberto, Alfredo, Emilio y Manuel.
Unos ya no está entre nosotros y otros han buscado nuevos horizontes y nuevos lugares y alguno vive en Cacabelos que es un buen sitio para vivir.
Seguramente, cuando vuelvan los que están lejos de aquí, al ver la foto, sentirán  esa dulce nostalgia que se siente al recuperar el tiempo pasado, un tiempo que no ha de volver.
Definitivamente, la vida los ha convertido en LOS SIETE MAGNIFICOS.

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