ADIÓS,
HORACIO, ADIÓS
Por Antonio Esteban
A las orillas del Cúa,
bajo la puente de piedra,
un juglar tañe llorando
las cuerdas de su vihuela.
-“Hoy está muy triste el río
pues se ha muerto Horacio Guerra
y se han vestido de luto
los olmos en la alameda.
Puso un crespón en su luz
ayer la luna viajera
y en un silencio de nubes
con tristeza lo recuerda.
El aire trae sollozos
lejanos de Venezuela
y en tu isla Margarita
visten luto las palmeras
y ese mar que la acaricia
rompe en llantos en la arena.
Viajero de tantos mundos
que tu llevaste a cuestas,
hoy, sin ti,
ellos, Horacio
en silencio te recuerdan
Quedó callado el juglar.
Dejó a un lado la vihuela
y entre sus aguas el Cúa
se llevó aquellas quejas.
-“Duermen paz, Horacio -dijo-
que te recuerda tu tierra”.
Horacio con su cuñada Iris, su hermano Tino y la mujer e hija de Antonio Fernández Gallardo en Montevideo |
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