Carlos Frey en uno de los laboratorios de la Facultad de Biología de la Universidad de León |
El pasado noviembre nos regalaba a los cacabelenses una de
esas noticias que recibió con agrado la mayoría, aunque no conociese personalmente al
protagonista.
El día 15 de ese mes -festividad San Alberto Magno, patrono
de las Ciencias- recibía nuestro vecino Carlos Frey Domínguez el Premio Fin de Carrera “Gadea Biopharma” al mejor expediente académico de Biología de la
Universidad de León.
Su vida gira en torno a los estudios –actualmente cursa un
máster de investigación de Biomedicina-
la familia, los amigos, el deporte…y varias aficiones más. Un joven
cacabelense, como otros muchos, que no debería pasar desapercibido por lo que
significa de exponente para las nuevas generaciones.
Una charla demorada en el tiempo nos permite hoy conocer un poco
más al que será, sin duda, un destacado biólogo dentro de pocos años:
Has obtenido el premio
por tu extraordinario expediente académico y, se supone, los estudios te habrán
absorbido la mayor parte de tu tiempo.
-Todo requiere un
esfuerzo, y un esfuerzo requiere una inversión de tiempo. Sin embargo, no me he
privado de cortos o largos momentos de ocio. He salido con mis amigos, con mis
compañeros de clase, me lo he pasado bien y no he dejado de lado otros hobbies
que tenía. Algunos de esos hobbies son salir de ruta en bici por el monte o la
fotografía.
¿Eres consciente de la
importancia que tiene ese premio que valora tu esfuerzo y rendimiento académico?
-Sí, es importante,
pero es solo un premio. Lo importante es todo lo que he podido aprender hasta
ahora, y las ganas que me quedan para seguir haciéndolo.
¿Pensabas durante estos
años de Universidad que lo lograrías o nunca llegaste a considerarlo como meta?
-Jamás me lo imaginé, y
la verdad es que nunca lo tuve como meta, aunque bien es cierto que en cuarto
curso sí que se me pasó la cabeza, pero nunca estuve completamente convencido
de que me tocaría a mí.
Carlos ha desarrollado sus estudios de primaria, ESO y
Bachillerato en Cacabelos. Primaria en el Colegio Virgen de la Quinta Angustia
y en el Instituto Bergidum Flavium los curso de ESO y Bachillerato.
¿Qué recuerdos te quedan
de tu paso por el Colegio?
-Recuerdo especialmente a mis amigos, allí nació y se
afianzó una gran amistad entre muchos de nosotros, que aún hoy continúa. También
al resto de mis compañeros y profesores. Recuerdo muchas anécdotas: las
excursiones de senderismo, a la nieve o las de las aulas activas (nos hacían
mucha ilusión porque era la primera vez que nos íbamos de casa sin nuestros
padres), los recreos… En cuanto a lo aprendido pues como todo el mundo, aún
recuerdo el brinco que pegué cuando comprendí como se hacía una división.
Durante el tiempo que permaneciste en el Instituto fue muy singular
la pandilla o grupo al que pertenecías. Con tus compañeros compaginabais
estudios y aficiones. Incluso formabais parte del equipo de juveniles de la
Unión que llegó a disputar una final de copa a la Ponferradina.
¿Crees que ha sido
importante para ti esa pandilla?
-Por supuesto,
comenzamos nuestra amistad muy pronto, algunos ya en primaria y otros poco más
tarde, y no nos separamos mucho durante todo este tiempo. Fuimos juntos al
colegio y al instituto, pasábamos casi todas las tardes juntos, jugábamos al
fútbol en el equipo del pueblo (y no se nos daba mal), hacíamos trastadas,
salíamos de fiesta… Ahora mismo seguimos manteniendo esa pandilla, de hecho,
muchos de nosotros fuimos/vamos a la misma Universidad. Cada vez que volvemos
al pueblo siempre quedamos para vernos y hacer algo juntos.
¿Y del Instituto qué
recuerdas?
-Tengo
más recuerdos de esta etapa. Teníamos un gran grupo, respondíamos en los estudios,
rara vez nos metíamos en algún lio y nos lo pasábamos genial. Eso sí, hacíamos
un montón de tonterías, raro era el día que no te rieras en el instituto. Recuerdo
que un día que no vino el profesor y montamos todas las mesas de clase haciendo
una especie de muro, cuando una profesora vino a ver que estaba pasando no paró
de reírse. En los cambios de hora nos marcábamos Sanfermines por los pasillos y
de vez en cuando llevábamos en procesión a un compañero. Otro grato recuerdo es
el que tengo del viaje a Italia, nos lo pasamos como nunca. Tuve muy buenos
profesores, guardo un buen recuerdo de ellos. Algunos eran especialmente majos
y nos ayudaron mucho, sobre todo en Bachillerato. Sin duda les estoy agradecido.
¿En qué momento y por
qué motivo o motivos se iniciaron tus deseos de estudiar Biología?
-La
verdad es que no lo sé. Mi madre me cuenta que de pequeño no paraba de mirar
las plantas y los animalitos que me encontraba (artrópodos la mayoría), de
hecho, me dice que recogía los palitos del suelo para llevármelos a casa. Los
libros de animales y plantas (en especial de dinosaurios) eran otra pasión.
Además, tengo dos amigos (Jorge y Javi) que compartían y comparten esa
curiosidad por lo vivo, me acuerdo que el patio del colegio y antes de ponernos
a jugar al fútbol, siembre íbamos a observar un hormiguero donde dejábamos
algunas migas de nuestro bocadillo. Las asignaturas que tenían que ver con las
ciencias de la naturaleza siempre me gustaron, y sin duda la Biología. Ya en
Bachillerato tenía muy claro que quería estudiar Biología, aunque no me decidí
del todo hasta el último mes.
¿Algún profesor en particular ha influido en tus
estudios, especialmente a la hora de elegir carrera?
-Desde
que lo recuerdo quise estudiar Biología, o al menos algo parecido. Pero he de
reconocer que tuve dos profesores que tuvieron bastante que ver. Mario fue mi
profesor de Ciencias Naturales en 5º y 6º de Primaria, me encantaba la materia
y sus clases, y creo que de alguna forma supo fomentar nuestra curiosidad.
Emilio fue mi profesor de Biología en 1º y 2º de Bachillerato, se notaba
sobremanera que le entusiasmaba lo que explicaba, y rápidamente me sentí
identificado con él, lo que facilitó de alguna manera mi decisión. Además,
Emilio no era un profesor normal, su pasión por la Biología (cosa que creo que
suele pasar con la mayoría de los biólogos) no acababa después de su trabajo, y
en alguna ocasión nos invitó a acompañarle en alguna salida al campo.
Salida a prácticas de Biología con su profesor Emilio de la Calzada |
Eliges Biología y te vas a León. ¿Cómo recibes el primer
impacto de la Universidad?
-No sé describirlo, pero,
emocionante, vamos a decirlo así. Siempre había escuchado maravillas de la
Universidad, además conocí a un montón de gente nueva, cada uno con su
historia.
Grado de Biología, Biotecnología, Ciencias Ambientales…
te decantas por ….
-El Grado en Biología sin
duda. Ciencias Ambientales fue mi segunda opción y Biotecnología mi cuarta en
mi lista de preferencias, aquella que tienes que rellenar cuando acabas la (antigua
ya) PAU. Tanto una como otra alternativs no me convencieron del todo,
compartimos muchas materias y profesores pero Biología es diferente.
Ya he comentado tu paso
por la Unión Deportiva Cacabelense. Jugaste con el núcleo de tu pandilla en las
diferentes categorías del equipo y más tarde debutaste como árbitro…
-Efectivamente, me gusta el deporte, y
bueno, el fútbol en especial. He tenido la suerte de poder practicarlo en el
ámbito federado como jugador y como árbitro.
Equipo subcampeón de juveniles del Bierzo. Carlos, de rodillas, portero titular del equipo |
¿Qué puede empujar a un
futuro y prometedor biólogo hacerse árbitro?
-Empecé
a los 13-14 años en plan: voy a probar, y al final me quedé. Veía los partidos
de fútbol de la televisión y me causaba curiosidad la figura del árbitro ¿cómo
sería eso de intentar mantener el orden e impartir justicia en un campo de
fútbol? Por eso empecé. Además, mi tío fue árbitro de fútbol, llegó a Segunda
División Nacional, él me lo propuso y me dijo lo que tenía que hacer para empezar.
No es precisamente el
arbitraje un mundo fácil. La polémica siempre está servida, ni con el VAR os
libráis.
-A
diferencia de lo que muchos piensan en el arbitraje no regalan nada. A partir
de cierta categoría solo el talento, el esfuerzo y los resultados cuentan.
Cuando te haces árbitro comienzas viendo partidos y aprendiendo de tus
compañeros, después debutas en el fútbol base y vas cada año arbitrando cada
vez categorías mayores de fútbol base.
Cuando las personas del comité que te
van a ver creen que estás lo suficientemente preparado pasas a dirigir
encuentros de las divisiones Provincial Aficionado (dónde ya sales junto a
árbitros asistentes). Cada año debes haber realizado ciertos méritos (buenos
arbitrajes, buenas notas en los exámenes, buenos resultados en las pruebas
físicas) para ascender de categoría. Yo estuve actuando 4 años como árbitro
colaborador (jugador de fútbol que arbitra también). En cuanto dejé el fútbol
ascendí año a año hasta llegar a Tercera División Nacional, donde llevo ya dos
temporadas (contando con esta). Ahora mismo estoy en el grupo de Talentos y
Mentores de Castilla y León, que es un grupo reducido de árbitros jóvenes que
se preparan para intentar ascender a 2ª División Nacional B. También soy
coordinador de la Escuela de Árbitros de El Bierzo, casi todos los viernes doy
clase en el colegio de árbitros de Ponferrada.
Arbitrando en el Helmántico de Salamanca |
Has obtenido el premio
por tu expediente académico y eso ha supuesto mucho tiempo de estudio. No has
dejado de hacer arbitraje y cultivas otras aficiones. Otros se quejan de que no
tienen tiempo para nada.
-Todo requiere un
esfuerzo, y un esfuerzo requiere una inversión de tiempo. Sin embargo, no me he
privado de cortos o largos momentos de ocio. He salido con mis amigos, con mis
compañeros de clase, me lo he pasado bien y no he dejado de lado otros hobbies
que tenía. Algunos de esos hobbies son salir de ruta en bici por el monte o la
fotografía.
Qué preparas en la actualidad y por donde van tus intereses de cara al futuro profesional.
Usando la jerga de los
biólogos, entré a la carrera siendo biólogo de
bota (aquellos que salen bastante al campo) pero acabé siendo más bien
biólogo de bata (aquellos que quedan
más en el laboratorio). Pues bien, cuando me pasé al otro lado decidí hacer el TFG (Trabajo Fin de Grado) en el Área de
Fisiología Vegetal. Me interesaba mucho lo que hacían allí, tienen un ambiente
magnífico y además me encantan las plantas. Comencé estudiando
microscópicamente el proceso de injerto en las plantas, viendo como dos seres
vivos se unen en uno solo, algo que me resulta fascinante. Como me encantaba lo
que hacía ahora estoy estudiando el Máster en Investigación en Biología
Fundamental y Biomedicina de la Universidad de León.
Con el diploma que acredita su Premio Fin de Carrera “Gadea Biopharma al mejor expediente. Foto ULE Online |
Estoy bastante contento ya
que es un máster muy práctico, con mucho trabajo de laboratorio y con un TFM
(Trabajo Fin de Máster) que te permite llevar una investigación adelante. En
esta investigación continúo estudiando estas peculiares fusiones de plantas, en
especial el rol que desempeña la pared celular (una estructura que tienen las
células de las plantas y que rodea su membrana) durante el proceso.
Me encantaría dedicarme a la investigación, de verdad me
motiva. Sé que el camino es duro y quizás (sobre todo en España) precario, pero
creo que tengo vocación científica para soportarlo y disfrutarlo también. Mi
intención es empezar una tesis doctoral el próximo curso académico si tengo la
oportunidad.
Ojalá esos sueños sean pronto realidad y te sumes a la
lista de destacados biólogos que ha dado Cacabelos.
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