El
periodista Gonzalo García ha enviado el texto que a continuación se incluye en
esta entrada con el título “9 años de inhabilitación”. En él hace una
pormenorizada narración de los hechos, según su punto de vista, y que dieron origen al conflicto con el resultado
posterior de la inhabilitación del Alcalde por nueve años.
Gonzalo
García es un periodista que según nota del PSOE de Cacabelos del
25 de mayo de 2018 ejerce su profesión como autónomo que transmite a los medios de
información lo que se hace en Cacabelos,lo que ocurre en nuestro municipio y la
elaboración de boletines informativos, según . Según otra nota del 22 de mayo
de este mismo año del PP de Cacabelos se trata de un asesor de prensa del que cuestiona su necesidad dada la
actual situación de las arcas municipales:
9 AÑOS DE
INHABILITACIÓN
Una película de ficción
trepidante – La trama
Estamos en el año 2015.
Un Interventor titular de un Ayuntamiento, en definitiva un trabajador, viene
de estar ingresado en la Unidad de siquiatría de un Hospital por orden judicial
y diagnosticado de una enfermedad mental grave. Fue ingresado en el centro
hospitalario tras ser detenido por la Guardia Civil por agredir al alcalde del
Ayuntamiento en el que trabaja.
En el mes de octubre,
estando de baja, participa en un concurso de traslados para dejar su plaza
actual y marcharse de interventor a otro Ayuntamiento. Repite una y otra vez
que quiere marcharse de ese ayuntamiento y que no quiere volver más.
En el mes de diciembre
sale la resulta de ese concurso de traslados y el interventor ya sabe que ha
obtenido plaza en otro Ayuntamiento. ¡Ahora sí que puede llegar la Venganza por
la detención y el internamiento!.
En este mismo mes de
diciembre de 2015, la Mutua lo cita para hacer un seguimiento de su baja
médica. El interventor no acude. La Mutua lo vuelve a citar nuevamente, y el
Interventor tampoco acude. Recordar que la baja de este trabajador es por
motivos de una enfermedad mental, y que
acudir a la citas de la Mutua son obligatorias. Por lo menos eso es lo que
hacen los trabajadores normales. Pero claro, su plaza ya está en otro
ayuntamiento. ¡Que más la da a él!.
El día 11 de enero de
2016, el Interventor solicita el alta al médico de cabecera, y personalmente y
muy nervioso, acude a las oficinas municipales a entregar ese parte de alta.
Habitualmente todos los
partes relacionados con su baja médica los había enviado por Fax, al residir
fuera de la localidad en la que trabaja. Hay que recordar que el alta de
trabajador es efectiva al día siguiente. ¿Cuál es el motivo de ese nerviosismo
y de presentarse un día antes en las oficinas municipales?.
Las alarmas saltan en
el Ayuntamiento ya que este trabajador se ha saltado los dos reconocimientos
médicos, por lo que consideran que no está garantizada la salud mental, ya que
hay un dictamen de la Mutua que dice que no es apto para trabajar.
Los trabajadores y
trabajadoras de las oficinas municipales del Ayuntamiento, los concejales y
concejalas del Equipo de Gobierno se ponen nerviosos al no estar garantizada su
salud mental, porque temen que se repita el mismo escenario tras la posesión
del Nuevo Equipo de Gobierno: menosprecios, insultos, vejaciones y agresión, y
que por la calle han escuchado que la intención de este trabajador, en
connivencia con la oposición, es reincorporarse para que se cese a la
Interventora interina y así paralizar el Ayuntamiento en las pocas semanas que
le quedan para reincorporarse a su nuevo destino en otro Ayuntamiento.
El alcalde, con el
apoyo de todos los concejales del Equipo de Gobierno, solicita a la
Administración Regional medidas cautelares para impedir la reincorporación de
este trabajador que podrían emanar del expediente sancionador que la
Administración Regional había abierto al Interventor por agredir al alcalde.
¡También cuenta con el amparo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales!.
Los riesgos se detectan y se prevén!. Además le dice al Interventor que pase un
reconocimiento médico. (¡Ya se había negado a ello dos veces!). El miedo en las
oficinas municipales es tremendo.
Este escrito se le
comunica al Interventor. Hay que recordar que se trata de un Funcionario de
Carrera, y que el Estatuto del Funcionario Público dice que su obligación es la
de reincorporarse a su puesto de trabajo tras una baja médica sin pedir permiso
a nadie. Esto se le debió olvidar a conciencia, o es que ¿Tenía otros motivos?.
El día 12, el
Interventor, todo un Funcionario de Carrera, llega al Ayuntamiento y le
pregunta al Secretario Municipal si puede reincorporarse a su puesto de
trabajo. (Algo inusual, ¿No conoce su obligación?, algo suena raro). El
Secretario le enseña el escrito del Acalde, y el Interventor se va de las
oficinas municipales sin que nadie le impida ir a su oficina y reincorporase a
su puesto de trabajo, y sin que nadie le eche del centro de trabajo por la
fuerza.
Ese mismo día, sobre
las doce de la mañana, el Interventor regresa a las oficinas municipales con un
Notario, y de nuevo se encuentran con el Secretario Municipal, que les vuelve a
mostrar el escrito del Alcalde. El notario levanta acta, están media hora y se
marchan.
El interventor ya era
conocedor de ese escrito. Con picardía habla con el Secretario, no con el
Alcalde. “hu!, soy un Funcionario de Carrera, y otro Funcionario de Carrera,
mientras se sonríe, me enseña un
documento, en el que dice que hasta que
no se resuelva una petición no puedo reincorporarme a mi puesto de trabajo .Eso
no es así, pero, claro, es que voy a generar un problema y le hago caso. Ni
siquiera me voy a ir directamente a mi oficina, no tentemos a la suerte, no sea que se estropee todo el plan. Porque
este Funcionario de Carrera no me va a impedir acceder a mi puesto de trabajo.
Es que sabe lo mismo que yo. Mejor me voy con el acta del notario”.
De nuevo, nadie impide
al Interventor reincorporarse a su puesto de trabajo, y nadie le echa del
Centro de Trabajo. Se trata de una operación política básica de manual para
generar un problema. En vez de pasar un reconocimiento médico para despejar las
dudas médicas, las dudas sobre su estado mental, ¡qué más da, si mi plaza ya
está en otro Ayuntamiento!. Mejor me voy con un Notario y en media hora generó
un problema.
Después de esto, al
Interventor, Funcionario de Carrera, no se le ve el pelo por el Centro de
Trabajo hasta mediados del mes Marzo, en dos meses. Bueno, fue un día por las
oficinas municipales a recoger de su despacho sus cosas porque ya sabía que su
plaza ya estaba en otro Ayuntamiento. Ese día nadie le impidió la entrada ni su
permanencia en las oficinas municipales. Como trabajador que es, se le debió
olvidar que la obligación de todo trabajador es acudir a su centro de trabajo
en el horario establecido.
Seguimos con el
argumento. El día 13 de enero llegan a la Administración Regional dos escritos
al mismo tiempo. Uno del portavoz de la oposición y otro del Interventor titular.
¡Es una gran coincidencia!
Desde ese momento, la
Administración Regional centra sus miradas en el Ayuntamiento implicado. Como
si solamente existiera este. Y sorpresa: cuando llegan los escritos de esta
Administración Regional concienzuda, y una famosa Orden, el trabajador, el
Interventor, no está en el centro de Trabajo. ¡No se sabe dónde está!. Ni el
día 12 permaneció en las Oficinas Municipales a la esperar la respuesta de la
Administración Regional. ¡Es que tenía una ganas tremendas de reincorporarse a
su puesto de trabajo cuando ya sabía que se iba a otro!. Sólo faltaba la
publicación en el boletín.
Además de manera rara y
extraña, la Administración Regional, azuzada desde la oposición del
Ayuntamiento, insiste en que hay que reincorporar su puesto a un trabajador
declarado No apto por la Mutua. ¡Menos mal que no se trata de un conductor
escolar de autobuses!.
El Interventor ya ha
hecho su trabajo. Generar un problema.
Vuelve, raudo y veloz,
a aparecer por las oficinas municipales cuando sale publicada su plaza para
otro Ayuntamiento, con el objetivo de firmar su cese como Interventor Titular.
En ese escrito dice que hasta esa fecha ha sido Interventor Titular de ese
Ayuntamiento. Es decir, que nadie lo cesó ni le perjudicó. Además, todas sus
prestaciones económicas, las del día 12, y las de los dos meses que no apareció
por el Centro de trabajo, fueron retribuidas por el Ayuntamiento. ¡Vaya
Negocio!.
¡Ni en el tema
económico, ni en el tema laboral, el famoso escrito del alcalde le causa un
daño irreparable!.
Después de todo esto,
el Interventor presenta una denuncia contra el Acalde por via penal, basándose
en ese escrito del alcalde y en el acta notarial tras estar media hora en el
Centro de Trabajo.
Y un espectacular
final, un tribunal condena al alcalde a 9 años de inhabilitación.
¡No te la pierdas!, es
una película realmente alucinante por la actuación destacada de un Interventor
por encima de un trabajador normal, de una Administración Regional que se
volcó, de un fiscal que retuerce la trama hasta convertirla en un delito de
grandes dimensiones, y de un Tribunal con una sentencia insólita.
Rápidamente se está
trabajando en la segunda parte.
Gonzalo García,
Periodista
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