jueves, 10 de marzo de 2016

La Pascua de 1951 secundó los pasos de la tradición





La Pascua de 1951 se celebró en fechas similares a las próximas de 2016. Comenzaron el sábado 24 de marzo como marcaba la tradición: a las 12 de la noche volteo de campanas de las iglesias, disparo de cohetes y bombas de gran palenque  a los que se sumaban con sus melodías la laureada banda de Alongos y la orquesta de la villa.
Las dianas y alboradas de los siguientes días festivos corrían a cargo de la banda, la orquesta y gaiteros del país bajo la dirección de Sapín, popular tamborilero de Molinaseca.
Como también mandaba la tradición, los conciertos, bailes y verbenas se celebraban en la alameda de las Angustias y en la Plaza Mayor con el lanzamiento de globos grotescos y la quema de fuegos japoneses.
 




















El lunes se celebraba la Misa Solemne en honor a la Virgen de la Quinta Angustia y posteriormente la procesión presidida por las Autoridades y Jerarquías locales. Ese año fue el P. Rojas el elocuente orador sagrado encargado de pronunciar el sermón.
(El P. Alejandro Rojas, misionero claretiano, organizaba estancias de verano para jóvenes franceses en Cacabelos. Residían en el antiguo Hotel Miralrío).
La Plaza del Generalísimo –actual Plaza Mayor- acogía los conciertos y bailes de la noche y disponía para dar mayor realce al acontecimiento, de iluminación a la veneciana (farolillos alimentados a gas).
No faltaba a la cita el toro en la noche del martes y la Octava de Pascua al domingo siguiente con deportes, juegos, bailes y verbenas.
Además de la programación oficial, las fiestas contaban –lo advierte el programa- con sesiones de cine, verietés, funciones de teatro, bailes de salón, públicos y de sociedad.
Una oferta variada para dar gusto al entendido y distinguido público de aquellos años.


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