La Pascua de 1951 se celebró en
fechas similares a las próximas de 2016. Comenzaron el sábado 24 de marzo como
marcaba la tradición: a las 12 de la noche volteo de campanas de las iglesias,
disparo de cohetes y bombas de gran palenque a los que se sumaban con sus melodías la
laureada banda de Alongos y la orquesta de la villa.
Las dianas y alboradas de los
siguientes días festivos corrían a cargo de la banda, la orquesta y gaiteros
del país bajo la dirección de Sapín, popular tamborilero de Molinaseca.
Como también mandaba la
tradición, los conciertos, bailes y verbenas se celebraban en la alameda de las
Angustias y en la Plaza Mayor con el lanzamiento de globos grotescos y la quema
de fuegos japoneses.
El lunes se celebraba la Misa
Solemne en honor a la Virgen de la Quinta Angustia y posteriormente la
procesión presidida por las Autoridades y
Jerarquías locales. Ese año fue el P. Rojas el elocuente orador sagrado
encargado de pronunciar el sermón.
(El P. Alejandro Rojas, misionero
claretiano, organizaba estancias de verano para jóvenes franceses en Cacabelos.
Residían en el antiguo Hotel Miralrío).
La Plaza del Generalísimo –actual
Plaza Mayor- acogía los conciertos y bailes de la noche y disponía para dar
mayor realce al acontecimiento, de iluminación a la veneciana (farolillos
alimentados a gas).
No faltaba a la cita el toro en
la noche del martes y la Octava de Pascua al domingo siguiente con deportes,
juegos, bailes y verbenas.
Además de la programación
oficial, las fiestas contaban –lo advierte el programa- con sesiones de cine, verietés, funciones de teatro, bailes
de salón, públicos y de sociedad.
Una oferta variada para dar gusto
al entendido y distinguido público de aquellos años.
No hay comentarios :
Publicar un comentario