El recinto ferial de
ganado a las orillas del Cúa pudo salir airoso, aunque fuese ganando por la
mínima, siguiendo con el lenguaje deportivo. Sin presentar un lleno del espacio, al menos
sí se vivió el típico ambiente tradicional que se espera de esta clase de
mercados.
La parte negativa, la derrota, estaba en la zona de la Plaza
del Santuario donde apenas asomaron los clientes para los pocos puestos que
apostaron por ofrecer sus mercancías. En algún momento el ambiente era
desolador para los pocos visitantes y, peor todavía, para los audaces comerciantes que se trasladaron
hasta Cacabelos. No faltaron las tradicionales ristras de cebollas y ajos,
aunque casi habría que decir, estaban allí de forma casi testimonial.
Mañana, festividad de San Miguel Arcángel –incluyendo también
a los otros dos arcángeles: San Rafael y San Gabriel- seguramente el resultado será
el contrario; al menos en ese cambio de situación tenían puesta su confianza
los feriantes. Muchos más clientes se acercarán hasta el Santuario abandonando la
feria equina que prácticamente quedó finiquitada en esta primera jornada.
|
Unos potros subiendo "voluntariamente" al camión |
|
¡Me aburro! |
|
Charla entre tratantes |
|
El gitano comprueba la edad del asno observando su dentadura |
|
¡Trato hecho! |
|
Pepe y familia se acercaron a feriarse algo en la Plaza del Santuario |
|
Producto naturales del otoño berciano |
|
Unos peregrinos extranjeros aprovecharon para llevarse un queso |
|
Isabel enseña una hermosa ristra de ajos de Vilela |
No hay comentarios :
Publicar un comentario