Jose (sin tilde) muestra una de las primeras hornadas de panecillos |
A Félix y a Saturno se les unieron los más jóvenes de la familia |
Un año más los cacabelenses-y otros muchos que no lo
son-renovarán la tradición de acudir al Santuario de Las Angustias a bendecir
los típicos panecillos esta tarde de Las Candelas. Pero detrás de los millares
de roscas, trenzas, palomas o cuernos que serán alzados para atraer el agua
bendita esparcida por el sacerdote, hay muchas horas de trabajo de los
panaderos de Cacabelos. Estas peculiares piezas de pan son de elaboración pura
artesanal. Cada una debe ser moldeada a mano, no hay máquina que supla al
artesano. De hecho, todos los hornos
deben ampliar durante unas intensas horas la plantilla para hacer frente a la
demanda que se aglutina en un corto espacio de tiempo.
El aroma y el aspecto de las piezas más madrugadoras
en salir del horno invitaban ya hincar en ellas los dientes, pero la tradición
también obliga a esperar hasta que reciban la bendición. Ya falta poco.
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