lunes, 2 de febrero de 2015

Bendición de los panes: ni el frío, ni la lluvia ni la amenaza de nieve asustan a los cacabelenses




Este dos de febrero, día de Las Candelas y de la bendición de los panes, se presentaba con todas las amenazas meteorológicas para impedir a los fieles acudir a bendecir los panecillos. Como es costumbre, no fue así, una año más en el Santuario y aledaños se congregaron cacabelenses y otros bercianos con sus cestillos y bolsas repletos de trenzas, cuernos, palomas…para recibir el agua bendita que don Jesús se encargó de esparcir en abundancia. Es cierto que se notó, si nos remitimos al año pasado, un cierto descenso en el número de asistentes que se justifica por el mal tiempo y por coincidir en día laborable.
Antes de iniciar la ceremonia en la Iglesia de las Angustias, el Párroco se acercó a la Residencia El Camino, donde los alojados esperaban la bendición alrededor de una mesa repleta de adornados cestillos con los tradicionales “chuscos”.
Después de la lectura de un texto alusivo a la festividad y recitar una oración, comenzó a repartir el agua bendita; en primer lugar a los asistentes en el interior del templo y después a los que esperaban anhelantes en el exterior.
Muchos de los panes elaborados hoy-diez mil, según Diario de León-serán consumidos esta tarde-noche, otra cantidad importante viajará en las próximas horas a diferentes destinos donde los esperan los cacabelenses en el exilio y otros se guardarán como medicina milagrosa para curar de sus enfermedades a los animales domésticos durante el año.

Don Jesús bendiciendo los panes en la Residencia El Camino

Cestas y bolsas depositadas al pie del altar

Bendición en el interior del Santuario

Una cestilla llena de imaginación

La abundancia de panecillos queda bien patente

Andrés y su hija Begoña (de tal palo tal astilla) cargados hasta los topes

Norberto enseña su cesta. ¿Todos para ti?

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