Las primeras horas de la Feria de San Miguel se
vieron amenazadas por la lluvia que
finalmente apenas hizo acto de presencia y sí lució un sol pegajoso a ratos.
En el recinto de los animales el ambiente estuvo
animado durante la mañana con un número similar de ganado a estos últimos años.
Se acercaron a Cacabelos tratantes procedentes de las provincias gallegas,
sobre todo de Lugo y Orense, además de los propios bercianos con algunos asturianos y cántabros.
El mercado de los puestos ambulantes en la Plaza del
Santuario no alcanzó los niveles de público ni de feriantes como años atrás. Hoy
la competencia (el Mundial de Ciclismo en Ponferrada, algunas ferias próximas
de la comunidad gallega y el final de la vendimia) y, como ya apuntaba antes,
la amenaza de lluvia seguramente restaron visitantes.
Bueno es importante estas ferias y la de San Miguel ya es un clasico que no debe desaparecer en la villa
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