sábado, 22 de septiembre de 2012

Pescadores de Cacabelos cierran la temporada con una comida de hermandad

Los pescadores e invitados posan ante la fachada del restaurante

Ayer viernes se reunieron un grupo de avezados pescadores cacabelenses y amigos de la localidad lucense de Figueiredo para celebrar con una comida el final de la temporada 2012. Alrededor de una mesa presidida por el incombustible Ricardo(Richard, Relojero) dieron buena cuenta de los suculentos platos que el Restaurante Casa Gato preparó para la ocasión.
Los comensales tuvieron ocasión de rememorar, entre plato y plato,  las jornadas de pesca vividas este año. Tiempo hubo para la charla. Y platos también. Así que entre los entremeses, el salpicón de trucha, la ensaladilla rusa, los callos con garbanzos, las alubias con chorizo, la sopa de cocido, las costillas de cordero, los pimientos rellenos, la merluza, el codillo asado y un  atrayente“compuesto” de postre(ya se sabe: helado, tarta, flan, nata, pastelito...), todo bien regado con un histórico mencía de la Cooperativa, surgieron historias, anécdotas, recuerdos y nostalgias. Muchos platos  dieron tiempo a mucha charla, evidentemente.

 Los integantes del grupo son asiduos pescadores en la vecina Galicia. Conservan una cierta querencia por los ríos de la zona de Quiroga, Montefurado y San Clodio. Sus aguas vienen siendo desde hace años testigos de jornadas dichosas y de jornadas infaustas que no logran apagar el apetito(éste deber ser endémico en el grupo) de los cacabelenses. Siempre rematan la faena visitando alguno de los buenos restaurantes de aquella zona.
En ocasiones se han acercado al Pantano de Vilagudín, cerca de Órdenes, para practicar la pesca de sus extraordinarias truchas. Truchas que  posteriormente deben abonar a los vigilantes. Recordaban como en una de las visitas, años ha, abonaron 58.000 de las antiguas pesetas(348€) por 14 truchas que habían alcanzado en la báscula los 58 kg. A MIL(6€) pesetas se cotizaba en kilo de aquellas truchas.
De todos es conocida la fama de exagerados y un poco boleros que tienen los pescadores cuando relatan el tamaño y el número de sus presas. Esa fama debe quedar bajo sospecha, al menos no se puede imputar a este grupo. Intentando averiguar cuál de ellos era el mejor o quién había capturado la mejor pieza, unos atribuían los méritos a los otros y viceversa. Bien avenidos y generosos con los compañeros.

2 comentarios :

  1. Pero, ¿qué comida de hermandad de pescadores de Cacabelos si tan solo pescan dos o tres de los que salen en la foto? Y ni siquiera los he visto en el río de Cacabelos... Eso no es una comida de pescadores de Cacabelos, es una reunión de amigos, algunos de los cuales, por casualidad, pescan.

    ResponderEliminar
  2. Pues, pescar, pescar en el río, desconozco silo harán, pero en el plato parece que demuestran ser unos expertos. ¡Vaya menú! Y qué envidia siento de estar lejos y no poder compartir esos callos y ese tinto.
    ¡Enhorabuena! Campeones. Parece que hay envidia.

    ResponderEliminar