LA FAMILIA CEREZALES LAFORET Y EL BIERZO
José Regueira Ramos
A los lectores de Cacabelos. ¿Abrió la
Biblioteca? Ocasionalmente, yo también soy lector de esa Biblioteca.
Tenemos un vecino aquí por el Sur con ascendencia y apellido
bercianos. Se llama Manuel Cerezales. Su padre, del mismo nombre, era oriundo
de Balboa, donde abundan las familias
con este apellido, que yo sólo he conocido en el Bierzo. Parece que tiene
relación con los abundantes y magníficos cerezos que históricamente se han dado
en la comarca y concretamente en Balboa, donde al parecer un cerezal no es (o
al menos no es sólo) una finca de cerezos, sino que se llama así al propio
árbol de las cerezas. Al menos alguno de estos Cerezales de Balboa son parientes
en algún grado de los cinco hermanos Cerezales Laforet y siguen teniendo
relación con ellos, bien en el Bierzo o en Madrid. Con alguno de los hermanos
he hablado en más de una ocasión de este origen berciano de la familia.
Manuel Cerezales, afincado en Madrid, fue un destacado
editor en los años cuarenta del siglo pasado. Fue también escritor y
periodista, profesión que ejerció en distintos medios, habiendo sido director
de destacados periódicos de la época como el España de Tánger o el Faro de
Vigo, que actualmente es el decano de los periódicos españoles. En su etapa
de director de este periódico, en los años sesenta, aglutinó en torno al mismo
a buena parte de los mejores escritores gallegos de la época como José María
Castroviejo, Álvarez Blázquez, Fernández del Riego, Valentín Paz-Andrade o
Álvaro Cunqueiro, que con Cerezales fue subdirector y luego le sucedió en la
dirección. También publicaron en El Faro algunos poetas, como el villafranquino
afincado en Vigo, Ramón González-Alegre,
que tiene una estatua en la Alameda de su pueblo natal.
En la etapa de
editor de Cerezales, en el año 1944 se le presentó una jovencita de 22 años con
la pretensión de editar su primera novela. Cuando leyó el original, Cerezales
no podía creer que aquella magnífica novela la hubiera escrito una chica tan
joven. Como ése no era el tipo de libros que editaba Cerezales, le aconsejó que
la presentase a un premio de nueva creación que había convocado Destino, que
entonces era todavía una revista y que pronto se convertiría en editorial. Para
ello la orientó en el sentido de acoplar la novela a las exigencias de las
bases del nuevo premio e incluso adaptarlo a las rigurosas exigencias de la
censura de la época. Cuando los convocantes leyeron la novela, se asombraron de
que la hubiese escrito una chica tan joven. Vieron en ella una extraordinaria
oportunidad editorial para la novela de posguerra y, para sorpresa general, le
dieron el premio. Esto originó un enfado monumental en César González Ruano, en
la cumbre de su fama literaria y amigo de los editores, pues daba por
descontado que el premio sería para él. Ni siquiera quedó finalista. El
finalista fue precisamente Álvarez Blázquez, que años más tarde sería
colaborador de Faro, bajo la
dirección de Cerezales.
La obra ganadora del Nadal 1945 se
llamaba Nada y es una de las obras en
lengua castellana más traducida a otros idiomas, junto con El Quijote, La familia de Pascual Duarte y Cien años de soledad. Su
autora era Carmen Laforet y la relación con Cerezales pasó del campo editorial
al amoroso. Se casaron y tuvieron cinco hijos. El extraordinario e inesperado
éxito de Nada cogió por sorpresa a
Carmen, que no estaba preparada para la enorme presión editorial y de crítica
de que fue objeto. Ella aspiraba a ser escritora pero las exigencias que
siguieron a su éxito desbordaron sus expectativas y sus aspiraciones. Como
además en poco tiempo tuvo los cinco hijos, la presión editorial y familiar la
superó.
Carmen tuvo etapas de baja producción y relaciones que
le influyeron notablemente en su forma de ser e incluso en sus convicciones.
Especialmente le influyó su gran amistad con Lilí Álvarez, una mujer
excepcional en su época, campeona de tenis dos veces finalista en Wimbledon,
campeona de esquí e incluso la primera piloto española de carreras. También fue
escritora y periodista. A pesar de su vida mundana, tenía un componente de
misticismo religioso que le contagió a Carmen Laforet. En este contexto de
religiosidad personal escribió Carmen La
mujer nueva, cuya acción sitúa en el Bierzo, para lo cual estuvo aquí
ambientándose. Los pueblos y lugares que describe, pese a ser ficticios, son
perfectamente reconocibles por los lectores bercianos. A Cacabelos, capital
berciana del vino, le llama Cascabelos y a sus habitantes cascabeleros.
Dos de sus hijos, Cristina y Agustín son también
escritores. Manuel y su pareja colombiana son artistas que llevan una vida
tranquila, alejada de los circuitos habituales de agentes y ambientes
artísticos. Manuel, además de ser hijo de Manuel Cerezales y Carmen Laforet, es
ahijado de Lilí Álvarez y, según sus hermanos, su ojito derecho, quizá porque
reencarnaba en su ahijado el único hijo que había tenido y había perdido. No sé
si la conjunción de tantos apellidos ilustres en su vida familiar le ha
supuesto también una exigencia que, como a su madre, puede haberle superado. Es
una persona amable y extraordinariamente correcta que procura pasar
inadvertida.
De Carmen Laforet hay editada una magnífica biografía
titulada Una mujer en fuga: Biografía de
Carmen Laforet, cuya lectura recomiendo a los aficionados a la literatura.
Sería un argumento de una magnífica novela. Su hija Cristina también le dedicó
un ensayo titulado Música blanca, que
es al mismo tiempo que una gran demostración de amor filial, un entrañable relato
de la vida de su madre, especialmente de sus largos años de decadencia, en los
que el Alzheimer la dejó postrada durante cerca de treinta años, gran parte de
los cuales vivió en casa de Cristina.
Espero
que al menos esta biografía y las obras que he citado estén en la Biblioteca
municipal de Cacabelos, cuya apertura espero se produzca a la mayor brevedad si
todavía no se ha producido. A todos los lectores cacabelenses y especialmente a
los asiduos a la Biblioteca dedico especialmente esta entrada en Castroventosa.
Yo también soy usuario de esa Biblioteca cuando estoy en Cacabelos.
Gracias dobles: la primra por revelarnos esa conexión berciana de la familia Laforet y la segunda por tu apoyo a la Biblioteca Municipal. Parece que pronto volveremos a poder entrar.
ResponderEliminarNo conozco la biografía que citas de Carmen Laforet pero durante mucho tiempo estuvo rodeada de un velo misterioso
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