Cacabelos despide a la sardina y se da un atracón con sus hermanas (Fotos)

 

Carroza fúnebre con la sardina recorriendo Cacabelos

Cacabelos ha vivido el último día de las fiestas de carnaval despidiendo a primeras horas de la noche a la sardina.  Y es que en nuestro pueblo a la sardina no se la entierra, se la lanza ardiendo a las frías aguas del Cúa para que sea el destino quien la guíe hacia tierras gallegas.

Todo comenzó en la Plaza Mayor donde su cadáver fue depositado en la carroza fúnebre y llevada por las calles del pueblo acompañada por una multitud plagada de plañideras –pocos plañideros-, desconsoladas viudas y otras gentes de mal vivir.

Durante todo el trayecto el oficiante y su acólito no dejaron de lanzar plegarias a los dioses del mar para que acogiese de nuevo el cuerpo mortal y el alma de la difunta; mientras tanto, la charanga El Grillo ponía el fondo musical.

Tras el nocturno trasiego callejero fue depositada un centenar de metros antes de puente sobre una pira flotante. A su paso frente a la playa fluvial una traca de fuegos artificiales marcó la definitiva despedida.

Como las penas con pan son menos penas, los presentes regresaron a la Plaza Mayor para “cepillarse” 120 kilos de sardinas asadas y ya sí, decir adiós a las fiestas.

Giulia no se pierda una

La alcaldesa colaborando en el reparto de sardinas