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Don José Luis bendiciendo los panes desde la escalinata de la Residencia el Camino
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Tras un año sin celebrarse, Cacabelos volvió a vivir con la
ilusión de siempre la tradición de ir a bendecir los panecillos al Santuario de
la Virgen de la Quinta Angustia.
Atrás queda ya el recuerdo amargo de la suspensión de esta
multitudinaria ceremonia que cada año atrae a muchos cacabelenses y vecinos de
localidades cercanas. El laborioso trabajo que durante las veinticuatro horas
anteriores ha ido saliendo de las panaderías en formas de palomas, trenzas, cuernos o
roscas, es bendecido a los pies de la Patrona.
Por primera vez vivió esta festividad entre nosotros el nuevo
párroco, don José Luis Franco. Comenzó la ceremonia en el interior del templo y
bendijo los panes de los fieles allí situados. Posteriormente cruzó la
carretera para llevar también el agua bendita al interior de la Residencia El
Camino y, a la salida, bendecir los que esperaban en el exterior.
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Bendiciendo los panes en el interior de la Residencia El Camino
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La abuela Meli con sus nietos Rodrigo y Alejandro
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Padre e hija, Andrés y Begoña, son indispensables en esta fiesta
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Luis, Fermín y Ricardo con buena compañía
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