UNA PEQUEÑA AVENTURA EN LEON
Por Antonio Esteban
Todos los años llegaban a las parroquias de El Bierzo captadores de vocaciones –voy a llamarlos así- que trataban de llevar a sus colegios a los niños para que en un futuro fuesen sacerdotes y sembrasen la fe. A Cacabelos también llegaron como a Toral en donde un canónigo nos invitó a los monaguillos de don Francisco Iglesias, el párroco, a comer en la “Fonda Regueiro” para conocer si teníamos vocación sacerdotal. ¡Qué sabíamos nosotros qué era tener vocación¡ Yo, desde luego, no la tenía. Me gustaba el cine porque había un actor -Freddie Bartholomew- que se parecía a mi -o yo a él- en una película titulada Capitanes intrépidos. Y me gustaba jugar al fútbol vistiendo una camisola del Valencia, regalo de un viajante de Elda que se llamaba Jaime Artazcoz. Por aquel entonces, el Valencia estaba de moda y conocíamos, de memoria, la delantera “che”: Epi, Igoa, Mundo, Asensi y Gorostiza. Y también -lo confieso- me gustaba una niñasrubias, con trencitas y falda escocesa, a cuadros, pero tuve que irme al seminario de Astorga con un regusto amargo en la boca por dejar en Toral a María Jesús. Allí, por cierto, coincidí con Emilio Gallardo, “Milán”, de Cacabelos. Y, repito, no tenía vocación Y eso mismo, supongo, es lo que les ocurrió a los mocitos de la foto -Paco Yebra, Pepe Santos, Juanjo, Pepe, el “Poso”, Luso, Andrés, el “Poso”, Carlos Manuel, Lolo y Pepe. Aquí, a Cacabelos, había venido un jesuita de León, que los reclutó, a mediados de los años cincuenta, y allí, en el Colegio, se dejaron fotografiar. Ninguno, por lo visto, tenía vocación y regresaron a Cacabelos. Eso es lo que ganamos, ya que en caso contrario, por ejemplo, no nos hubiésemos entusiasmado con el fútbol que llevaba Luso en sus botas porque Luso tenía , en el pie izquierdo -me lo dijo Moncho Lamelo su entrenador, en Lugo- un guante- . Seguramente les gustará a todos ellos ver cómo eran hace un montón de años, así que ahí los tienen. Disfruten de la fotografía.
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