DONDE SE SIGUE HABLANDO DE FRIERA, DE PACO Y OTRAS HISTORIAS
II
Por Antonio Esteban
Recuerden el artículo de la semana anterior. Decía que Paco, llamado el de Friera, según lo que me han dicho, no era de Friera. De Friera era Carmen que, sin duda, en más de una ocasión había llevado a su marido -o a su novio, cuando aún eran novios- a Friera para que conociese a sus futuros suegros y saborease las truchas del Selmo.
Dicen, quienes lo saben, que una buena trucha debe reunir cinco efes. Para degustarla tiene que ser fresca, frita, fría, fiada y fragosa, es decir que sea de río de montaña. Pero vayamos a lo que nos interesa: la foto de la semana. En ella vemos, a Carmen y a Paco. Detrás está Camilita y a su lado, Ricardo, casado con Charo, la Birloca, que es la mujer que está en primer plano, delante. A su lado, José, hermano de Ricardo, marido de Camilita. Es decir, casi todo queda en casa.
Como curiosidad, ya que hablamos de Friera, debo añadir que allá por los años cincuenta del pasado siglo pasé un maravilloso verano en Friera, en casa del cura Paco Tagarro en donde gocé de los escasos libros de la biblioteca parroquial -una biblioteca de cura de pueblo- entre los que estaba CARTAS A NICODEMO, libro que hoy está en mi poder; que me bañé en el Selmo. Me descolgaba, desde la solana de la casa rectoral por un árbol y, ya abajo, iba al río y que hice amistad con los hijos del “Maragato” que me invitaban a beber porrones de cerveza mezclados con una copita de mistela o de jerez. Fue un verano completo.
Disfruten de la foto, como yo disfruté de aquel verano de los años cincuenta del siglo pasado en Friera.
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