domingo, 15 de noviembre de 2020

LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES 19. El Camino de Santiago (Cimadevilla y San Roque) (2)



La Plaza de San Roque con su hermosa ermita a la derecha y el inicio de la calle Santa María al fondo en los primeros años de la década de los 50. Foto del archivo de Manolo Rodríguez

 

LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES

19. El Camino de Santiago (Cimadevilla y San Roque) (2)

Por Pepe Couceiro

En nuestra placentera marcha a lo largo de Cimadevilla, enseguida llegamos al barrio de San Roque, representado por su plaza, ermita y el comienzo de varias calles importantes, entre ellas la Santa María (ver fotografía). 

La siguiente imagen de finales de los años 40 definiría perfectamente, para muchos vecinos y durante un buen número de décadas, el momento más alegre del año; el instante en el que, para su deleite, se iniciaba la procesión de San Roque y el comienzo de sus fiestas favoritas. 

Preciosa imagen que muestra muy afinadamente el ambiente festivo que se generaba en aquellos años con una multitudinaria procesión de San Roque transitando por la calle de Cimadevilla, en este caso, a finales de los 50, donde reconocemos a D. Desiderio como cura párroco a la izquierda y a D. Víctor Sernández (Viruta) con traje claro llevando el paso. Fotografía de archivo desconocido.
 

Las fotografías que veremos a continuación constituyen un valioso documento gráfico para las generaciones futuras. En ellas se aprecian las ganas de fiesta después de haber puesto fin a una guerra que solo sirvió para mostrar el nivel evolutivo de la sociedad de entonces. En la toma de 1939 observamos las sonrientes caras de los vecinos tras aquella devastadora contienda que había finalizado 4 meses atrás. A tenor de la decoración en forma de banderitas con sus símbolos se intuye quienes fueron sus organizadores.

Reanudación de las fiestas de San Roque en 1939 tras el conflicto finalizado en abril de ese mismo año. Percibimos que el templete al que se subía la orquesta pensado con el mismo sentido común que los que prefirieron la sangre a la palabra en aquel indigno enfrentamiento. Podemos reconocer a un joven D. Ángel El Juez, hermano de las estanqueras, observando al fotógrafo, al igual que el resto de jóvenes que lo rodeaban.
  

Por la siguiente imagen de 1943 ya habían pasado más de 4 años desde la finalización de la guerra, con un ambiente más relajado y los ánimos más calmados, los vecinos disfrutan de sus fiestas de San Roque con mayor optimismo y participación.

Fotografía que muestra el ambiente de las fiestas de San Roque del año 1943 en la que podemos reconocer a mi tío Dalmiro (Mero) bailando con una guapa cacabelense en el centro; a D. José Udaondo (Pepe El Sillero), Renro, Dª. Josefa (la suegra de Manolo), D. Valeriano Cela, Core, D. Eumenio García; a Mero El Magalón; entre otros muchos que no hemos podido reconocer.
  

Los años transcurrieron y el balsámico tiempo diluyó buena parte del enquistado rencor. Familias enfrentadas en el pasado acabaron uniéndose en lazos maritales de los que surgirían generaciones que pondrían en valor las cosas más simples, entre ellas, la vida; descendencias que con su luz iluminarían la vetusta oscuridad devolviendo la sonrisa a un pueblo cansado de tantos años de aprensión (ver fotografía).

La calle de Cimadevilla, todavía empedrada, a principios de los 50 en la procesión del Corpus. Reconocemos a D. Manuel El Alcalde, D. Ángel El Juez, D. Ángel El Practicante y a D. José El Cartero, al fondo a la izquierda, con barba, padre de Anibal, Mero y Juan; también reconocemos al propio D. Aníbal; al secretario del Ayuntamiento de entonces; a D. Raimundo López; entre otros muchos que no hemos podido identificar. Foto del archivo de Manolo Rodríguez.
 
  

La siguiente instantánea de 1963 podría simbolizar la tan anhelada renovación que unos ilusionados padres habían depositado en sus hijos; padres plenamente satisfechos al contemplar en la limpia mirada de su prole un esperanzador futuro, el que sabe Dios cuantas veces les fue arrebatado a lo largo de un todavía reciente y sombrío periodo. 

 

Ambiente de felicidad y esperanza en las fiestas de S Roque de 1963, sentados en la terraza de uno de los bares. 1) D. Dalmiro (Mero) El Cartero; 2) Pepe Couceiro; 3) Dª. Pilar, esposa de Mero; 4) Alfredo, hijo de Dalmiro y Dª. Pilar; 5) mi sonriente primo hermano Jose Luis; 6) la madre de mi primo Jose Luis, la recordada Dª. Elisa; 7) el añorado Fernando, uno de los hijos de Dª. Josefa La Nina; 8) el otro hijo de Dª. Josefa, Isidro Canóniga; 9) mi hermana Pilar; 10) nuestra querida Dª. Josefa La Nina; 11) un infante de nombre Joaquinín estira el cuello para salir en la foto; 13) el padre de Joaquinín, D. Joaquín (Queixiños) sujetando en brazos, probablemente, a su otro hijo Javier; 12) desconocida; 14) desconocido. Fotografía de D. Isidro Canóniga (padre).


Gracias a la dura experiencia vivida en sus carnes, esos progenitores lograron educar a sus hijos dejando a sus pies un mundo mejor que el que ellos conocieron. Además de entregarles su amor incondicional intentaron inculcarles valores universales y, llegado el momento oportuno, lo más difícil, dejarles volar más allá de su confortable nido.

Años más tarde y bajo el mismo ambiente de las fiestas de San Roque, la expresión de las caras que lucían los miembros de diferentes generaciones de pandillas lo dicen todo (ver fotografías).

 

Otra de las pandillas emblemáticas que se formaron en aquellos años y que, como las demás, acababan mostrando sus verdaderas ganas de diversión en el mismo escenario de la tradicional fiesta de San Roque, en este caso la correspondiente a 1967. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Pedro G. Cotado; Manolo (El Bichibolo), mostrando orgullosamente el trofeo ganado en una yincana de motos; abajo: Santos (hijo de Charlot); Mero, Luis y Norberto, actual cartero de Quilos y hermano de Luis.

Una importante y trascendental generación para el pueblo, más joven que la anterior, celebrando las fiestas de San Roque en 1975 delante de las casetas de feria. 1) Inés Alba; 2) Milagros; 3) Gustavo; 4) Begoña; 5) Carlos Pol; 6) Manoli Uría; 7) Fernanda; 8) Juanjo Viruta; 9) Alfredo L. Carballo; 10) José Santos; 11) Tere La Tarula; 12) Jose, el panadero; 13) Ana, hermana de Alfredo; 14) Faustino Udaondo; 15) el irrepetible y recordado Fernando; 16) Gatuño; 17) el añorado Fermín Costero; 18) Claudio, primo de Chani el de Litán
 

Las joviales fiestas de 1981 con parientes y amigos que componían mi pandilla. De izquierda a derecha: Jose Luis Alfonso (Jose), Toño Alija, Pepe Couceiro, Diego Vizcaíno y Tere Tomé. Tanto mi primo Jose como el que esto escribe con signos evidentes de un profundo cambio en relación a la anterior toma de 1963.

Ambiente de las fiestas de San Roque en 1981 en la competición de tiro de llave.

Durante el vermut de las fiestas de San Roque de 1988 delante de la casa de las estanqueras de la que habla más adelante Luis Cela, en el lugar donde años más tarde se ubicaría el Restaurante Maite. De izquierda a derecha: Tito, Mi padre Paco, Samuel, Carito (Calcón), el señor de amarillo y la señora de detrás de Carito son los padres de Serafín, el que actualmente regenta el bar de San Roque
 

Festejando la festividad de San Roque de 2011

Con la pasión de la juventud celebrábamos cada año las fiestas más azules y luminosas; aquellas en las que cientos de golondrinas se sumaban al jolgorio con su trisar apiladas sobre los cables de la calle Santa María hacia el ocaso del día; los agradables saltos desde el puente en bolas a altas horas de la madrugada a las placenteras cálidas aguas del Cúa; las de los invitados forasteros a quienes ilusionados ofrecíamos de corazón nuestra casa para que conocieran, disfrutaran y se asombraran de un ambiente festivo único; las de la alianza entre vecinos de la que todos siempre salíamos reforzados; en definitiva, las que nunca podremos olvidar por la maravillosa y placentera huella que dejaron impresa sobre nuestros jóvenes y henchidos corazones.

Continuará…………

 

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