Berta Pombo y Aurorita la de don Camilo |
AMAR LA NATURALEZA
Por Antonio Esteban
Confieso, sinceramente, que la postura que tienen en la foto
Berta Pombo y Aurorita, la hija de don Camilo no sé si indica un entrañable
amor a la naturaleza es, sencillamente una manera de colocarse, junto a un
árbol para que el retratista de turno pudiera lucirse. Confieso -vuelvo a decirlo- que no lo sé. Tampoco puedo preguntárselo al
fotógrafo, que ya no vive -Kiko, el “Curioso”- o a Aurorita que hace tiempo que dejó de
pertenecer a este mundo nuestro y Berta, por su parte, lo ha olvidado. Ni siquiera
recuerda en donde fue tomada la fotografía. Sabe que el árbol estaba allí y la
mejor manera de obtener una foto original era abrazarlo que, además, lo agradecería
porque los árboles -como las flores- son
agradecidos y saben cuando alguien los ama. (Esta es una frase estúpida, pero
los que se dedican a estudiar la naturaleza están convencidos de ello y, con
toda seguridad, el añoso árbol en el que quizá alguien en un momento
determinado grabó con una navaja un corazón atravesado por una flecha,
agradeció que dos mozas lo abrazaran. Es posible que sí.
Ahí queda, esta semana, una foto de ayer con dos mozas de Cacabelos:
una que, como dije más arriba, ya no está entre nosotros y otra que, al
recordar el momento, sonreirá porque la vida es así.
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