A la memoria de Manuel Alba Quiroga, fallecido el pasado 2 de junio |
ADIÓS, MANOLO
Quedó tu
huella marcada
en el borde
del camino.
Dejaste risas
sembradas
porque así
eras tú mismo.
Quedó tu
huella indeleble
y lo dejo
aquí escrito
Nadie borre
sus palabras
que ahora
recogen sus hijos.
Fue bueno
porque lo era
cuando aún era
un niño.
Después fue
mozo cabal
y amigo de
sus amigos.
Le falló el
corazón,
pero quedan
sus latidos
en la luz de
su sonrisa
que iba
siempre consigo
Nos has
dejado, Manolo
por otro
mundo distinto
donde los
dioses benévolos
te
reservaron un sitio.
Y Daisy te
aguarda allí.
Aquí se
quedan tus hijos,
huérfanos de
tu ternura
huérfanos de
tu cariño
Inés, amiga.
Carmelo
Él está aquí.
No se ha ido
Ahora son
sus silencios
los que
sentimos más vivos.
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