sábado, 13 de octubre de 2018

Cacabelos recuerda a Luis Rodríguez Fernández, fundador de las bodegas ROFEMAR

El Alcalde y la Directora del MARCA con los hijos del homenajeado


En la mañana de hoy recibió un homenaje el que fuera fundador de la antigua bodega ROFEMAR y también divulgador de los vinos del Bierzo.

El acto se celebró en el MARCA (Museo Arqueológico de Cacabelos) edificio que albergó la citada bodega hasta principios de los años sesenta del siglo pasado. Contó con la presencia de los hijos del fundador, el Alcalde, la Directora del museo y una amplia representación familiar.
Placa conmemorativa descubierta hoy en el Museo Arqueológico


Presentó el acto de homenaje Silvia Blanco, la citada directora, quien agradeció la presencia de Luis Rodríguez Marqués -hijo del homenajeado y portavoz hoy de la familia-, de Sergio Álvarez -el Alcalde que apoyó desde el primer momento este reconocimiento- y del resto de los presentes. Destacó que, además de la placa que se iba a descubrir minutos después, el Museo había preparado una exposición de fotografías de la propia bodega y del Cacabelos en la época que estuvo en actividad. Recordó la significación que tiene el lugar donde está la placa, un sótano en el que los antiguos tinos de vino se han convertido posteriormente en vitrinas expositoras. 
 
Luis Rodríguez Marqués, portavoz hoy de la familia
El hijo del homenajeado, el empresario Luis Rodríguez, glosó brevemente la vida empresarial de su padre al que, usando el símil vitivinícola, calificó de berciano de pura cepa.

Luis Rodríguez Fernández, nacido en Arganza, conoció en su época de estudiante en Villafranca al que sería posteriormente también uno de los principales impulsores de los vinos del Bierzo y de Cacabelos especialmente: Antonio Díaz, conocido como Antonio Guerra.

Se había incorporado en los años veinte a la empresa familiar fundada en Arganza por el padre y un tío en 1888. En 1935 adquiere el edificio actual del Museo para adaptarlo a bodega mediante unas obras calificadas de faraónicas por la carencia de medios mecánicos para la excavación. Fue a principios de los cincuenta cuando la bodega da un paso muy importante para comercialización de los vinos, comenzó el embotellado. Y para tal fin se construyeron tres naves en la parte posterior que aún se pueden ver actualmente: dos se dedicaron a la sección de embotellado y la otra para aumentar la capacidad de la bodega. Contaba con una lavadora de botellas rotativa y una etiquetadora semiautomática, un lujo para la época.

Esta empresa cacabelense extendió su presencia a Madrid y Lugo, ciudades donde abrió almacenes para acercar la distribución a la amplia clientela con la que contaba, sobre todo en la vecina Galicia.
 
Luis Rodríguez repasó la historia de la bodega cacabelense


Al no existir el concepto de Denominación de Origen, fueron varias las bodegas gallegas, principalmente en Vigo y La Coruña, que iniciaron el embotellado de vino figurando en su etiqueta Cacabelos u otras localidades bercianas como patria del mismo. Entre otras, esta desleal competencia fue una de las causas que obligó a cerrar varias bodegas embotelladoras del Bierzo, sobre todo a partir de los sesenta.

De las Bodegas ROFEMAR salieron millones de botellas llevando en sus etiquetas el nombre de Cacabelos.

Cerró el acto el Alcalde dando las gracias a Luis Fernández Marqués y a Silvia Blanco, además de aprovechar el homenaje para hacer un alegato a la gente más joven para que siga el testigo de don Luis Rodríguez Fernández.

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