Se han roto definitivamente las negociaciones que llevaban a
cabo las autoridades municipales y GESCAN (Gestión de Casinos del Noroeste)
para convertir el edificio del Museo de Vino en casino.
Nosotros, inocentes
ciudadanos, con esta contrastada noticia volvemos a la realidad y salimos de la
inocente –otra vez la palabra dichosa- ilusión que nos hizo soñar durante unas
horas.
Del todo al casiná;
peor, al na de na.
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