La casa del corredor de la izquierda es hoy el hotel Villa de Cacabelos |
KIKO, EL “CURIOSO”
Por Antonio Esteban González
Esta curiosa foto en la que
aparece Kiko, el “Curioso”, cuando aún no era el “Curioso”, viene a recordarnos que Francisco López, o sea Kiko, antes de
dedicarse al noble arte de la fotografía, fue vendedor de carbón.
De todas formas, este recopilador
de historias, por curiosidad, ha consultado en varios Diccionarios el
significado del adjetivo “curioso” y se
ha encontrado con esto: “Curioso: limpio. Que trata las cosas con particular
cuidado” (Diccionario de Julio Casares);”Curioso: que desea saber y averiguar
cosas ajenas que llaman la atención por su rareza” (Diccionario del
Estudiante);”Curioso: el que trata alguna cosa con diligencia” (Nuevo
Diccionario de la Lengua española de Vicente Salvá. Madrid 1857).
Y, aclarado el significado,
digamos que el apelativo “Curioso” fue heredado por Kiko, de su padre,
Francisco, un hombre tranquilo y bonachón al que nada inmutaba. Tanto es así
que los amigos, a veces, lo acuciaban para que hiciese con rapidez sus
obligaciones. Y, un buen día, con tranquilidad, Francisco labró un terreno
meticulosamente; trazó los riegos casi con tiralíneas y plantó en él. Los
vecinos, al pasar al lado de aquella finca, comentaban: “Mira que curiosa ha
dejado Francisco la tierra. Las plantas están perfectamente alineadas y los
riegos, derechitos, pero ¿qué coño de plantas tan raras serán las que puso
ahí?”.
Eran pimientos. Francisco plantó
la cabeza y dejó las raíces al aire, muy cuidadosamente o, por mejor decir, muy
curiosamente y, desde aquel momento, las gentes vinieron en llamarle El
“Curioso”.
En la foto de Cipriano, Kiko,
hijo de Francisco, en su vehículo de pedales, reparte carbón, oficio, también
de su padre. (Años después, estuvo tres años en Madrid estudiando fotografía y
obtuvo el carné de fotógrafo profesional que le permitía publicar fotos en los
periódicos, cosa que muchos ignoran e, incluso, hizo varias exposiciones en
Cacabelos).
La foto está tomada en la
Carretera general. A la derecha, la casa de Victorino, el sastre y, a la
izquierda, el corredor en donde se levanta hoy el HOTEL “VILLA DE CACABELOS”.
Una foto curiosa de un
tiempo -para los que lo vemos hoy, desde
lejos- muy curioso que, afortunadamente,
no volverá.
No hay comentarios :
Publicar un comentario