sábado, 28 de febrero de 2015

Se abren de nuevo las puertas de Confitería La Golondrina




A penas unas semanas después de cerrar,  Confitería La Golondrina abre de nuevo. Esta tarde será la inauguración y el lunes comenzará a funcionar con normalidad
 La Golondrina es uno de los establecimientos más antiguos de Cacabelos, aunque no lo sea en su actual ubicación. Allá por el final de los años  cincuenta del siglo pasado Paco Sernández (hijo de Leopoldo y Emilia fundadores de Panadería La Golondrina) se hacía cargo, junto con Mercedes, su mujer, de la confitería Lago situada en la Plaza Mayor en el local donde está-ya cerrado también-El Edén. Como no podía ser de otra manera, bautizaron su establecimiento con el nombre de la marca familiar: La Golondrina.
Unas décadas después Mercedes y Paco trasladaron el negocio a la calle Los Negrillos a un local también propiedad de la familia  y que anteriormente había sido una fábrica de gaseosas de esta familia de industriales cacabelenses. Posteriormente, ya en el edificio actual, el local estuvo dedicado a taller de bicicletas y motos (Gelo Sarmiento) e imprenta (Pepe, hijo menor de Emilia y Leopoldo).
Mercedes continuó con el negocio después de la temprana muerte de Paco hasta su jubilación, haciéndose cargo del mismo su sobrina Rosa Mary hasta el cierre hace unas pocas semanas.
Desde hoy son Tania y Fran los nuevos responsables de endulzar la vida a los clientes. La Golondrina pasa a otras manos ajenas a la familia, aunque jóvenesyy también con experiencia en el mundo de la panadería. Los nuevos propietarios piensan mantener una línea de elaboración de pasteles similar a la de Rosa Mary y ofertando nuevos productos.
En la Avenida de la Constitución, al lado de Passos, también ha abierto una nueva tienda: Chicolinos, un comercio dedicado a moda infantil.

1 comentario :

  1. Muy interesante. Emilia, la madre de Paco era hermana de mi abuela Luisa, que también fue panadera, y, por lo que recuerdo cuando me contaba sus historias de pequeño, la panadería de ella también se llamaba La Golondrina, pero estaba en San Roque.
    Un saludo y a seguir con el blog.

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