Juanito Vázquez con la camiseta del Celta |
Hoy se
cumplen 57 años de la muerte de Juanito Vázquez, un veloz extremo izquierdo del
fútbol español. Había nacido en 1912 en Ferrol, ciudad en la que pronto
empezaría a destacar por sus cualidades deportivas. Muy joven militó ya en el
Racing de Ferrol y en el Deportivo de La Coruña. En plena Guerra Civil- siendo soldado- fue
enviado a jugar con el Aviación Nacional, el futuro Atlético de Aviación que se
convertiría posteriormente en el Atlético de Madrid. Defendió los colores del
club colchonero hasta 1947, año en que ficha por el Celta de Vigo. En este
equipo gallego culmina su carrera como futbolista y “La Flecha ferrolana” (apodado
así por su velocidad) inicia la de entrenador: en el Astano primero y muy pronto
(Temporada 1952-53) en el Racing.
Se sintió indispuesto dirigiendo al equipo ferrolano
en Burgos el 14 de abril de 1957. La expedición deportiva regresa en autobús y,
como en otras ocasiones, se detiene a descansar en el desaparecido hotel
Miralrío de Cacabelos (En los años 50 del pasado siglo eran frecuentes las
estancias en él de deportistas y artistas que se dirigían o regresaban de Galicia). Juanito Vázquez sufre un síncope
en el establecimiento y muere.
Edificio del antiguo hotel Miralrío |
La noticia causa honda impresión: ha muerto un famoso deportista y de apenas 45 años de edad. En Cacabelos-aquel 14 de
abril se celebraba el Domingo de Pascua-los aficionados locales quedaron
consternados. El Racing de Ferrol no era un desconocido para ellos. Las buenas relaciones
entre el equipo gallego y la Unión Deportiva Cacabelense motivaban la disputa entre
ambos equipos de partidos amistosos algunos años por Pascua.
Ahora descubrimos que Juanito Vázquez, abuelo del
popular presentador Jesús Vázquez, en realidad murió en los vestuarios del
campo de fútbol de Burgos, donde el Racing jugaba aquel partido de mal
agüero. Muchos años después su mujer realizó unas declaraciones que permitieron
conocer la realidad.
El entrenador murió en la ciudad castellana, pero si
se firmaba allí el acta de defunción, el traslado a Galicia se demoraría al
menos dos o más días. Para evitar ese problema se toma la decisión de regresar
con el cadáver en el autobús como un pasajero más. La expedición racinguista se detiene en
Cacabelos y aquí se confirma oficialmente la defunción del entrenador.
La muerte no esperaba en Cacabelos, se había
adelantado trescientos kilómetros.
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