OJOS CLAROS, SERENOS…
Antonio Esteban González
Que levante la mano todo aquel que no quisiera mirarse en
unos ojos tan hermosos y profundos
-hermosos por su profundidad-
como los ojos que miran en esta foto, pero permítanme, antes, que les
cuente una mínima historia de la que fui protagonista: no levantaba yo dos
palmos del suelo -o casi- cuando el maestro que se encargaba de
enseñarme las primeras letras, don Paco Santos -con quien, posteriormente, tuve
un desencuentro- me obligó a aprender de
memoria unos versos de Gutierre de Cetina que, si no recuerdo mal, decían:
“Ojos claros, serenos / si de un dulce mirar sois alabados…” para recitarlos en
una de aquellas veladas teatrales de final de curso en el Teatro Benamor de
Toral. (Mamá había planchado y replanchado una camisa blanca, olorosa a membrillos
que se metían en los armarios para conservar la ropa y buscaba una corbata
apropiada, pero tita Carmen se oponía, porque prefería que no la llevase. Aún
era muy niño para llevar corbata).
A mí me gustaba más recitar aquello de /De entonces suena en
los valles / y dicen los montañeses/ mala la hubisteis franceses en esa de
Roncesvalles”//. Pero don Paco se negó.
Pero en aquellos años de inocencia -perdida, desgraciadamente, en los turbios
océanos de la impureza, posteriormente-
aún recordaba lo de los ojos claros, serenos y los vuelvo a recordar hoy
cuando veo la foto de una mujer -cuyo
nombre no diré- que parece buscar algo
tras una mirada tierna y dulce.
El fotógrafo supo captar el gesto: la mirada honda y los
labios entreabiertos que soñaban, tal vez, con el amor. No diré su nombre.
Tendrán que adivinarlo los lectores del blog. Vive aquí, entre nosotros y todos
la conocen y el mejor homenaje que puede hacérsele a ella -y a todas las
mujeres de Cacabelos- son los versos del
poeta: “Ojos claros, serenos, que de un dulce mirar sois alabados…”
PD: Pueden escribirnos para ver si la conocen.
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