Dadas las circunstancias actuales solemos tomar muchas
medidas de precaución para evitar los robos, aunque desgraciadamente en muchas
ocasiones los cacos consiguen sus objetivos. Una forma de agenciarse con el
dinero ajeno se basa en el fraude o en el timo. De este último os quiero llamar
la atención porque merodean por Cacabelos unos profesionales del arte del
engaño.
Esta pasada semana en nuestro pueblo fue timada una persona
por medio de una variante del típico timo
de la estampita. Los delincuentes
escogen a su víctima entre personas mayores que vayan solas por la calle y en
lugares no demasiado concurridos. Actúan en pareja, abordando a su presa en
primer lugar el que se hace pasar por discapacitado intelectual y
posteriormente se acerca el listillo (“el
gancho”) que termina de enredarla.
No está descartado que hubiesen utilizado alguna sustancia que
provocase en la persona damnificada una parcial pérdida del sentido de la
realidad.
Aunque los hechos han sido denunciados a la autoridad
competente, un familiar directo de la persona afectada me ha hecho llegar la información,
en gesto solidario y que le honra, para que avise desde este cuaderno y ponga
en guardia a otras posibles víctimas y a familiares de ancianos; pues, como os decía al principio, estos mangantes eligen
personas mayores por ser mucho más fácil conseguir su objetivo.
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