VOLANDO A LOS SUEÑOS DEL NUNCA JAMAS
No había sueños. En aquel entonces no había sueños, porque la realidad era dura.O, todo lo contrario, porque la realidad era dura, sí había sueños, pero,generalmente, uno no podía permitirse el lujo de soñar, de tener sueños, ya que tener sueños era tener lujos.
Las mozas de Cacabelos, sin embargo,escapaban de aquella realidad amarga que las asfixiaba porque existíian los aviones de feria -y los tiovivos- a los que se subían para compartir sueños con sonrisas cómplices, con vestidos de cretona -confeccionados por Divina- medias de cristal, zapatos topolino y permanente hecha con tenacillas y bigudíes.
Y ahí las tienen: guapas y simpáticas -que, sin duda lo eran- luciendo sus mejores galas de Fiesta Mayor -o de Feria de San Miguel o de la Cruz de Mayo- : Sarita, madre de Sarita y Mary Blanca, Divina -la modista- Julita, Conchita, Pilar Valín y Pilar, La Juanita.
No eran tiempos de sueños, decía, pero eran tiempos de risas/sonrisas juveniles y de aviones de mentirijillas y de fotos en las que el fotógrafo anunciaba aquello de: "¡ Atención al pajarito...¡", aunque el pajarito no llegase nunca y Sarita, Divina, Julita, Conchita y las dos Pilares, por tres perras gordas -menos de un céntimo de euro- se fotografiaban para que muchos -muchísimos- años después pudiéramos ver sus sonrisas detenidas en la luz de las miradas jóvenes, pícaras y sin malicia.
Ahí están, repito,seis mozas de Cacabelos hace -uffffff- muchos años, volando, sin volar, al país de los sueños del Nunca Jamás.
FELICIDADES de nuevo ,me encanta esta sección,no conozco a ninguna de las personas de la foto,pero me ayuda a conocer el pasado de mi pueblo y así quererlo todavía un poco más.
ResponderEliminarGracias Antonio
Pues estas imagenes dicen más de lo que parece de una epoca, y sin duda retratan caramente la inmortalidad de un momento, que los sueños sueños son y vivir sn soñar no es vivir, me ha encantado la entrada
ResponderEliminarQué bonita la foto!! me suenan algunas caras, pero la que es inconfundible es la sonrisa de Pilar Valín. Parece que la veo aún vendiendo revistas y periódicos en la esquina. Gracias, Carlos!
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