lunes, 14 de septiembre de 2020

R.I.P. Antonio Marote Guerrero

 

Apenas unas líneas de despedida quiero añadir a la esquela de Toño que se nos ha ido ayer casi de la misma forma como le gustó vivir: con humildad, en silencio y tratando de molestar lo menos posible.

Resaltar sus cualidades humanas me parece innecesario. Decir ahora que ha sido un buen padre, un buen marido y un buen amigo, no sería más que hacer eco de lo que en estos momentos todos pensamos, porque lo era.

Pero sí me gustaría descubrir para algunos, o resaltar para quienes mejor lo conocían, el afán de Toño por aprender. En varias ocasiones me recordó la espina que llevaba clavada por no haber podido seguir estudiando de la misma forma que lo hizo su hermana. Algo que no pudo hacer, y no por falta de facultades y medios sino por las circunstancias que le obligaron a sumar su trabajo en la hacienda familiar.

Ese Toño amante de la cultura y autodidacta salía a la luz inmediatamente de iniciar una conversación con él. Su prudencia y respeto hacia los contertulios, no mermaban sus firmes convicciones fruto de su discernimiento y análisis.

D.E.P.

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