CINCO, EN EL PUENTE
Por Antonio Esteban
Son cinco, pero hubieran podido ser cuatro o siete -o uno solo-
en las barandillas del puente -o
la puente como también puede decirse-
que es uno de los lugares
icónicos de nuestra villa en donde muy pocos vecinos no se han dejado fotografiar,
al igual que hay pocas -en este caso
mozas- que no han dejado de
fotografiarse al lado de las bolas -no
me gusta -lo he dicho, la palabrea
“bolas”- que adornan las cuatro
esquinas del jardín de la Plaza Mayor y que son, también, lugar icónico. De esta manera, dos de nuestros más
emblemáticos monumentos pueden ser admirados en Groenlandia o en Nueva Zelanda.
Y estos cinco amigos, alguno de los cuales ya no está entre
nosotros, un buen día -tal vez un domingo-
con sus mejores trajes y sus corbatas mejores decidieron que Kiko, el
“Curioso” los inmortalizase en una fotografía y Kiko los inmortalizó, sentados
sobre las barandillas de la puente mientras el Cúa, ajeno a estos tejemanejes,
pasaba cantando su eterna estrofa de agua.
Y ahí los tienen con las casas de la carretera que nace en
Toral de los Vados y llega a Santalla de Oscos -carretera de Arganza- al fondo, Paco Guirre, Valerianito Valín,
Paco, el hermano de Aurora, la “Nena”, Sildo Quiroga y Gelo, el “Oso”, muy
serios, pensando, tal vez, en otras cosas.
Otra foto nostálgica que nos recuerda un ayer lejano que -¡ay
Dios¡- no volverá.
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