El albergue municipal se encuentra adosado al Santuario de las Angustias |
Cacabelos puede presumir de tener
uno de los albergues más singulares del Camino de Santiago: un albergue cinco
estrellas.
Las estrellas -no es este el
caso- que podría ostentar en la entrada no tendrían nada que ver con las que
indican el mayor o menor lujo de los establecimientos de hostelería. Éstas
resumirían las singularidades de las que el albergue municipal puede presumir.
El boca a boca funciona y
consigue que un elevado número de peregrinos descansen en Cacabelos gracias a
los consejos de otros que les han informado de las bondades del albergue. Y no
solamente eso, sino que muchos repiten Camino y repiten estancia en él. Por
algo será. Y otros, que también los hay,
que regresan con una caja de bombones en las manos para agradecer la cortesía
dispensada en anteriores ocasiones.
Ana Vila y Yolanda Neira reciben con una sonrisa a los peregrinos |
Y ya tendríamos la primera
estrella que merecen las cuatro hospitaleras o albergueras en su afán por hacer al visitante la estancia lo más
agradable posible: Yolanda Neira, Ana Vila, Beatriz González y Emilia Pintor, a
las que se ha sumado Susana Carballo y Vitoria Jiménez, lo consiguen. Y eso que
a veces no es fácil atender alguna demanda o favor. Incluso en ocasiones
ofician deben estar dispuestas a escuchar las confesiones de quienes hacen por
uno u otro motivo la peregrinación a Santiago.
Ana Vila inscibiendo a un nuevo peregrino |
-Es un trabajo muy gratificante, me cuenta Ana mientras toma los datos de un nuevo huésped, porque hay un trato muy humano. Cada peregrino viene con su historia.
Antes era más religiosa y espiritual. Hay más motivos. Sirve para desconectar y
atenderse a uno mismo.
Me encanta escucharlos, todos me dicen que en el Camino pasan cosas
mágicas.
Cambia el turno y es Yolanda
quien toma el mando del ordenador
para seguir inscribiendo peregrinos, una mayoría extranjeros: italianos,
holandeses, estadounidenses, belgas…Se desespera con la lentitud que lleva en
esos momentos el programa del Ministerio del Interior, donde debe volcar los
datos de identidad de cada persona.
Simultaneamente orienta a otros
que se interesan por un buen lugar para comer pulpo, suministra algodón a una
peregrina con una herida en un pie, se encarga de recoger bolsas de ropa usada
para la lavadora, explica sobre un plano los lugares más destacados de
Cacabelos…Apenas tiene un minuto para posar en la foto con Ana.
El barcelonés Miguel "tomando" posesión de su apartamento |
Miguel es uno de los pocos
españoles que se ha quedado a dormir aquí, es de Barcelona:
-Me lo dijeron unos amigos: “para en Cacabelos que hay un albergue muy
especial, diferente a todos los demás”. Y ya veo que es verdad.
Le explico que hasta hace unas
décadas se utilizaba para los puestos de venta mantas de los artesanos del Val
de San Lorenzo en las Ferias de San Miguel que apunto están de celebrarse.
Durante el resto del año guardaba herramientas y aperos agrícolas, incluso
sirvió en alguna época de secadero de tabaco.
La tranquilidad de este albergue,
abrazando el contorno del Santuario de las Angustias, bien merece otra
estrella.
El peregrino no pide lujos, pero
necesita al final de cada etapa una cama cómoda, servicios, una ducha con agua
caliente, posibilidad de lavar la ropa o las botas, tomar un café…todo eso se
lo proporciona el albergue de Cacabelos con un espacio añadido para confraternizar
con los otros peregrinos y -algo que es muy importante y muy valorado- con las habitaciones
de dos camas, no es el clásico albergue de filas de literas en una misma
habitación. Aquí la intimidad está asegurada.
-Cada habitación tiene dos camas y se cambia cada día la funda del
colchón. Está abierto hasta las 11 de la noche. A partir de esa hora se hace el
silencio, ni siquiera ponemos ya la lavadora para no molestar, me confía
Yolanda cuando informa a un peregrino que ella misma le dejará la bolsa con su
ropa limpia en la habitación.
Los peregrinos madrugan muchísimo. En verano a las 4 o 5 de la mañana
están la mayoría en pies. En este tiempo (hablamos ya casi a finales de
septiembre) un poco más tarde, pero antes de las ocho están todos fuera.
Ya tenemos la tercera estrella
que se merece el albergue por las instalaciones tan bien cuidadas y dispuestas
para el disfrute de los caminantes.
La cuarta estrella bien podría
otorgársele por su situación al pie mismo del Camino Francés. El peregrino no
necesita desviarse de la ruta. Por la mañana directamente se encaminará a
Villafranca del Bierzo para iniciar la 27ª etapa.
Y la estrella número cinco se la
merece por su ubicación en Cacabelos, un pueblo vinculado desde hace siglos al
Camino y a la misma Compostela -a su Archidiócesis- hasta 1890 cuando pasó a
depender del Obispado de Astorga.
Hoy, más que nunca, la hostelería
y el comercio de Cacabelos completan los servicios ofreciendo toda una gama de posibilidades
gastronómicas, de hospedaje y de mercaderías a los peregrinos para que se
lleven un buen recuerdo de nuestro pueblo.
Este imagen actual corresponde a la antigua de abajo en un día de la Feria de San Miguel por los años 70 del siglo passadp |
Algunos peregrinos prefieren lavar a mano en las piletas del albergue y secan la ropa al sol |
Uno de los rincones del albergue con el nogal al fondo |
Protegidos del sol o la lluvia, bajo la carpa se hacen muchas tertulias de peregrinos |
El calzado es "la herramienta" más importante del peregrino. Botas y zapatillas se orearán durante la noche |
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