El albergue de peregrinos fue otra vez el objetivo del/de los
ladrones la pasada noche al filo de las cuatro. Como en la visita anterior,
usaron el mismo modus operandi: salto
por el tejado al interior y robo de la recaudación de la máquina del café
(parece ser que con las de refrescos tienen más dificultades).
Poco después una visita similar llegó a un bar de la Plaza
Mayor. En este lugar entraron descerrajando la puerta.
Quizá la última solución para evitar tanto robo sea elevar
plegarias a instancias más sobrenaturales. Y a nadie mejor que a la Virgen más
adecuada para estas situaciones: a la Virgen de las Puertas, patrona de Grajal de
Campos para que proteja las nuestras y de paso también las ventanas.
Virgen de las Puertas de Grajal de Campos |
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