La foto está sacada delante del antiguo secadero de tabaco en las Angustias |
DOS
PAREJAS, DOS
Por Antonio Esteban
Dos parejas, dos, que,
finalmente no fueron pareja ni siquiera con derecho a roce, cosa que era
importante en aquellos años. Es decir, que ninguna de ellas - que, en las causas de amor suelen llevar las
riendas- se casó con ninguno de ellos,
tal vez porque no era el tipo de hombre que les llamase la atención o, viceversa,
porque a ellos no les gustasen ellas, cosa impensable porque a los dos músicos
se les veía felices . Las mozas estaban
más serias.
También podría haber
sucedido que a las mamás de Elita y de Lola la “Regoxa” no les gustasen los
mozos de la fotografía: Gelé, de
Camponaraya y Julito, el de Maxi porque las mamás tenían mucho que decir y lo decían.
Antes se buscaban otros
atributos en la mujer -y también en el hombre-
atributos que no era la belleza. Eran cosas positivas que convertían a
la mujer en una chica perfecta. Que fuesen limpias y hacendosas; que supiesen
coser un huevo o freír un pantalón., como se solía decir.
En ellos, en los hombres,
que fueran de familia conocida y trabajadores porque se tenía muy en cuenta el
refrán que decía: “El que lejos va a casar o va engañado o va a engañar”.
Lo que ocurrió en esta
ocasión de la fotografía es que las chicas. por aquello de presumir, se dejaron
fotografiar con los chicos de la tuna, tunos vestidos de tuno pero que no eran
tunos con el significado que ofrece el Diccionario: tunante o bribón. Ellos también presumían porque no siempre dos
chicas como Elita y Lola se dejaban fotografiar así como así.
El fotógrafo no tuvo nada
que ver en la historia de esta fotografía. Se limitó a buscar el ángulo oportuno
para que la foto saliese bien enfocada para que este escribidor, unos años
después, pudiese contar la historia de dos parejas, dos, que no llegaron a ser
pareja,
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