jueves, 15 de febrero de 2018

El Cúa dio buena cuenta de la sardina y los cacabelenses de las sardinas


El oficiante de la ceremonia se dispone a iniciar los responsos por la ya tumefacta sardina


La tarde anunciaba vientos de lluvia y frío. Los enamorados se preparaban para cenar con sus medias naranjas y los merengues no querían perderse una nueva victoria del Real Madrid en la clasificación de la Champions. Tres hándicaps que sin lugar a dudas mermaron el número de participantes en el entierro de la sardina del 2018.

Y qué importa. Siempre hay en Cacabelos incondicionales de la fiesta y de la tradición que, caigan chuzos de punta o se anuncie el mejor espectáculo del mundo, participarán en el espectáculo que cierra (no este año que habrá más el domingo) el carnaval.

Y así fue. Varias decenas de doloridos ciudadanos cacabelenses  acompañaron con llantos y lágrimas a la sardina hasta las orillas del Cúa. Y desde ellas es lanzada para que sus frías aguas invernales la engullan y trasladen a un mundo mejor.

Para rematar la fiesta, en la Plaza Mayor esperaban sardinas –de espina y carne- para, acompañadas de un mencía  celebrar el final del carnaval y dar comienzo la Cuaresma. 

Reportaje gráfico: Gutis Couceiro




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