EN CASA DE JOVITA, LA
MODISTA
Por Antonio Esteban González
En otra ocasión y en este
mismo cuaderno dejé escrito que el nombre de Jovita -digan lo que digan- no es nombre de mujer.
En las
hagiografías -vidas de santos- hay un
San Jovita, hombre y mártir, pero en nuestro mundo de hoy se ha venido
aplicando a las mujeres, aunque quizá, algún cura, cuando lleven a cristianar a
una niña con este nombre, se plante y diga que no. Claro que, a lo mejor, el
cura tampoco sepa que Jovita es nombre de varón. ¡Cosas más extrañas hemos
visto¡. Hoy se prefiere el nombre de Ainhoa, de Megan, de Jenniffer o de Ylenia
que no aparecen en los calendarios católicos. ¡Adónde vamos a llegar, Dios mío!
Pero,
hablemos de la fotografía de esta semana: se trata de una curiosa foto -tal vez
y valga la redundancia de El “Curioso”-
en blanco y negro en la que varias mozas se afanaban en coser, pero que,
tan pronto como vieron la cámara, levantaron la cabeza, sonrieron y esperaron
la clásica frase de ¡Atentas al pajarito ¡” sin darse cuenta que el
“pajarito” -en el buen sentido de la
palabra- estaba allí, entre ellas: era Miritos que, seguramente, bebía los
vientos por alguna de las mozas y fue a visitarlas para darles conversación o
sea, para hablarle de las cosas del amor con medias palabras y veladas
alusiones y, no, como hoy que los mozos van directamente a lo que les interesa.
(Antes, estos asuntos, -lo sabemos bien quienes peinamos canas- eran distintos. Todo tenía su momento y había
un momento para cada cosa).
En la
foto vemos, de izquierda a derecha, Carmita, hermana de “Palolo” que casó con
un mozo de Valtuille; Mary Luz, que matrimonió con el “Fuco”; Floripes, casada
con Domiciano; Miritos,
acuclillado; Tere, hija de Rogelio, el “galocheiro”, de San
Juan, ya fallecida y Pilar, de los
“Pepitos” que murió soltera
Y, al
fondo, a la derecha, de perfil, Jovita, la maestra, despreocupada, porque las
mozas trabajaban, aprendían y tenían derecho a retozar unos minutos.
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