jueves, 3 de noviembre de 2016

Imágenes y recuerdo de Cacabelos (CCXLII)




Ocupaba el local que hoy es tienda de productos búlgaros y húngaros
LA ALPARGATERÍA DE “GUCHO” GANCEDO
Por Antonio Esteban González
En esta antigua foto, “Gucho” Gancedo y Carito Peña,   - que no se apellida Peña sino Raymóndez o Reimóndez, no sé,-   podían ser confundidos, por ejemplo, con dos actores de cine. Ellos serían el “Alto y el Bajo”, como Stan Laurel y Oliver Hardy eran el “Gordo y el Flaco”. Pero no eran actores. Eran Carito y Gucho que mataban sus ocios en la alpargatería de “Gucho”, un respetable establecimiento que, sobre todo, en Ferias de mes vendía zapatillas de marca “La Cadena” o alpargatas sin marca, muy empleadas por los niños para jugar al fútbol, con una pelota de trapo en el “sagrao”, detrás de la Iglesia.
Las zapatillas, por su parte, que se usaban como calzado para andar por casa, al igual que sus hermanas mayores, las pantuflas, servían, también para que los niños desobedientes entraran en razón. Unos zapatillazos sabia y estratégicamente  colocados en salva sea la parte, nos hacían comprender que las cosas no eran como nosotros pensábamos sino como decían nuestros padres.
Las alpargatas,  -retomo la historia-   blancas y con cintas que las sujetaban a las piernas, a veces, con el uso, se ensuciaban pero podían ser blanqueadas con albayalde, un producto que vendía la madre de Raquel en  la tienda que estaba frente al establecimiento de “Gucho”.
Pienso ahora que hubiera podido comenzar este pie de foto con un romance que hablase de las alpargatas de, pero  he dejado el verso para el final. Dice así:”Las alpargatas de “Gucho” / sí que eran alpargatas /. Su suela era de esparto /. Se ataban con cintas blancas /alrededor de la pierna /. Eran alpargatas majas / y se vendían muy bien / en las Ferias de la Pascua / o en San Miguel, que era tiempo / otoñal para alpargatas//.
También las zapatillas merecen un verso, pero de Arte Mayor porque, aunque no lo crean, las zapatillas hacen que uno se sienta Rey de su casa  -junto con la bata- ,
Yo, en cierta ocasión escribí al Rey Emérito unos versos que decían: “…me vale un Ducado. Soy Rey sin trono, / rey de andar por casa en zapatillas / y de ir por la vida de puntillas /. Soy Rey, en fin, y no me doy tono…/. Hago incluso cola en ventanillas…//.
Una foto tierna y nostálgica para recordar un viejo y entrañable establecimiento y a un hombre   -“Gucho” Gancedo-   que ya no está entre nosotros.

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