Kelly en la San Silvestre 2015 de Cacabelos |
Seguramente cuando estéis leyendo esta entrada, su
protagonista estará viajando en avión rumbo a Noruega. La pasada tarde agotaba las últimas horas en Cacabelos
despidiéndose de amigos y familiares o tomando el último café en la terraza de
una céntrica cafetería gracias a la agradable temperatura de este primer jueves
del año.
A pesar de su desbordante juventud, Kelly Herrera Vertel (Medellín-Colombia
,1993) puede presumir haber recorrido ya miles de kilómetros. El primer gran viaje
fue a España:
-Sí, fue en 1999,
llegamos a España y fuimos a Lérida, pero sólo estuvimos dos meses. Desde allí
vinimos a Cacabelos donde comencé con seis años a ir al colegio. Aquí vivía ya
una tía mía, la conoces, la madre de Jhonny Zapata (otro alumno colombiano
que estudió en el Instituto).
Nadie se atrevería a sostener, conociendo su carácter alegre y extrovertido, que los
primeros meses escolarizada supusieron la peor época de su vida. Aún me lo
recordaba con tremenda precisión entre sorbo y sorbo de un café, quizá
colombiano también.
-No me relacionaba con
nadie. En el colegio, según salía al recreo buscaba a mi hermano –su
hermano Jonathan, mayor que ella- y no me
despegaba de él, siempre a su lado. A partir de enero, más o menos, comencé a
desenvolverme y a quitar la vergüenza para hacer amigas.
Carnaval 2008. Con dos amigas. |
Los últimos años del siglo pasado y la primera década de
éste fueron testigos de la llegada de inmigrantes a Cacabelos, algo inusual.
Tanto en el Colegio como en el Instituto se aplicaron planes específicos para
ayudar a una mejor escolarización de sus hijos cuando éstos presentaban
necesidades de apoyo. Colombianos, brasileños, marroquíes o búlgaros fueron los
más numerosos.
-En el colegio tuve
que ir a la logopeda para corregir el problema de la c y la s (ceceo y seseo). También me quedaba a comer y nada me gustaba al
principio, lo pasé muy mal.
-¿Qué comidas añorabas de Colombia?
-Los buñuelos, las
arepas, el chocolate, el arroz de coco…En casa era diferente, comíamos parecido
a Colombia pero la comida del cole era muy extraña para mí. A veces me
preguntan por comidas de España y no estoy al cien por cien segura porque en
familia seguimos comiendo como allí.
-¿Qué recuerdo más impactante tienes, a pesar de los pocos
años que tenías entonces, de tu llegada a Cacabelos?
-Que era muy pequeño,
un pueblo muy pequeño. Nosotros veníamos de Medellín que tenía más de dos
millones de habitantes. Recuerdo que me gustó mucho el jardín de Villafranca.
-¿Cuándo volviste a Medellín?
-Regresé de vacaciones
cuando tenía 12 años, estuve dos meses. Al poco tiempo de bajar del avión noté
un choque, veía que aquel era un país diferente al que tenía en mi memoria de
niña. Les llamaba mucho la atención mi forma de hablar, a ellos les encantaba.
La integración de Kelly se fue consolidando a la vez que fue
perdiendo la timidez defensiva inicial para dejar fluir su verdadero carácter
afable y siempre con la sonrisa como bandera. Llegaron acontecimientos
importantes en su vida religiosa: la Primera Comunión y la Confirmación. Las
actividades deportivas fueron siempre sus favoritas: gimnasia rítmica,
baloncesto, atletismo… No es extraño que decantase sus estudios hacia algo
relacionado con el deporte.
Le pregunto por sus sentimientos hacia España y Colombia. Y
los tiene claros:
-Me siento española, pienso como española, mis amigos son españoles, en la calle soy española pero en casa soy colombiana. Siento también a Colombia.
-Me siento española, pienso como española, mis amigos son españoles, en la calle soy española pero en casa soy colombiana. Siento también a Colombia.
-En fin, que tienes el corazón “partío”.
-Sí [se ríe]
De lo popular y querida que es en Cacabelos dan fe los
éxitos de sus intervenciones en los distintos acontecimientos deportivos que
aquí se organizan.
En la Plaza Mayor durante el verano 2015 |
Después de finalizar los estudios en el Instituto comenzó a
colaborar con Óscar Juarros en el gimnasio de la calle Torano Nuovo. Se fue a
Madrid para perfeccionar su formación como monitora de walker y zumba (la
sangre colombiana por algún lugar tendría que asomar), especialidades que
impartió en el Fraitners, también con Óscar, así como monitora de campamento de
verano para niños.
Imponiendo su ritmo en el Pabellón Deportivo las pasadas fiestas |
Un nuevo destino y una nueva etapa profesional llegaban al
finalizar 2014: Stavanger en Noruega y hacer sudar a los noruegos en sus clases
de zumba.
-Tengo una hermana
allí y me animó a ir, no lo pensé. A los
dos meses de llegar me entrevistaron y me contrataron para dar clases en un
nuevo gimnasio.
-¿Y cómo ves tu futuro allí? Seguro que tu forma de ser ha
de llamarles la atención.
-Pienso seguir
estudiando. Estoy con el inglés y ya me voy defendiendo con el noruego. Empecé
a conocer gente y sí que les choca como soy. Ellos son muy reservados, poco
expresivos y yo lo contrario, pero les gusta.
Recordamos la multitudinaria sesión de zumba celebrada estas
pasadas fiestas en el Pabellón Deportivo. Allí Kelly hizo vibrar a los que
estaban en la pista y a los espectadores con el entusiasmo que ponía dirigiendo
la clase.
Seguramente estarán encantados de volver a estar a tus órdenes en las próximas
vacaciones. ¡Buen viaje!
Graciñas Kelly por dejar esta huella tan inmensa en tú paso por la villa de Cacabelos... y por haber compartido tú caracter y sonrisa con nosotr@s.
ResponderEliminarMuchísima suerte en ésta nueva etapa de tú vida