Foto/Archivo de Cristóbal Rionda |
Desde Castroventosa agradezco a Cristóbal Rionda Fernández el envío de esta entrañable fotografía. Vivió en Cacabelos en la década de los 70 del siglo pasado (seguramente muchos jóvenes de aquellos años recordaréis también a su hermana Covadonga). Cristóbal estaba muy integrado en el pueblo, era un chaval muy activo y participativo. Gracias a castroventosa, según me comunica en un correo, mantiene el contacto con Cacabelos, sorprendiéndose en ocasiones de reconocer todavía a algunos de sus compañeros y vecinos del pueblo.(Carlos de Francisco)
PIRAGUISTAS
Antonio Esteban González
Hace años -no muchos- en Lugo, en mi época de periodista
deportivo para la Cadena de Ondas Populares -COPE, la Radio de los curas- tuve
amistad con uno de los mejores palistas
españoles -olímpico y medallista-Ramos Misioné. Me habló de lo duro y sacrificado
que era remar un día y otro día y otro
día más. Yo le dije a Luís Gregorio -Ramos Misioné se llama Luís Gregorio- que,
allá por los años sesenta del siglo pasado también había sido piragüista. Y lo
explico ahora: Paco Tapia, padre de Paquito Tapia que jugó en la Unión, ejercía
como delineante en Cementos Cosmos y diseñó una piragua para un grupo de
amigos, que sería la envidia de muchos cuando navegásemos el Burbia en el Pozo
Cantón. Era un diseño perfecto, propio de un calafate que son, -los calafates- en la marina, quienes diseñan y se ocupan de
la construcción de botes, barcas, barcazas, lanchas y lanchones y -supongo-piraguas.
Aquel diseño perfecto fue forrado con lona, una lona que
provenía del decorado de una obra de teatro
-¿DE DÓNDE VIENES, MANOLO?- que había sido puesta en escena en el Cine
Benamor, en mil novecientos cuarenta y ocho.
Llevamos la piragua al río. La botamos -había sido bautizada
con el sonoro nombre de CABALLO LOCO y al tocar agua, se hundió. La lona,
podrida, no resistió.
Ese fue mi primer contacto con las piraguas. Años más tarde
en Villafranca formé parte del CIT y pusimos en marcha el descenso del Río
Valcarce, río de agua, sino turbulentas, sí, semisalvajes o, al menos, bravas.
De aquel CIT -Centro
de Iniciativas Turísticas- solo quedó
Antonio, el cartero, precisamente el hombre, a la izquierda de la foto, que era
Delegado Federativo y que, a lo que parece pasó a formar parte de los
piragüistas de Cacabelos. Con él, en la foto, vemos a Juanjo (Epi), Javi Balboa
y José Luís Prada. (Reconocemos además a Juan Carlos (Pituso), Sergio Valín, debajo Roberto Omar, Juan Carlos Tomé, Julio y y a Cristóbal Riondas, un alumno del Instituto de Cacabelos
que pasó alguna temporada entre nosotros.
Una foto que, como otras muchas, nos recuerdan un tiempo
feliz en el que la villa llevaba su nombre por los ríos de España. Queda ese
recuerdo.
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