ANTES DE QUE FUÉRAMOS DEMOCRATAS DE TODA LA VIDA…
Antonio Esteban González
Antes de que todos fuéramos demócratas de toda la vida,
-porque hubo un tiempo en que todos éramos demócratas sin que hubiera llegado
la democracia a este bendito país-
sacábamos fotos bajo la mirada impertérrita del personaje de la
fotografía, la sombra benevolente, aunque no lo parezca, de un yugo y unas
flechas que procede de los Reyes Católicos o la bandera de España -de un país que se llamaba España, porque
ahora se llama estepaís- antes, decía, el Salón de Actos del
Ayuntamiento servía de marco y escenario grandioso para recordar el momento en
que unas mozas -se suponía que las mozas
más guapas de la villa y sus alrededores-
se dejasen inmortalizar, el primer día de la Fiesta de la Vendimia,
precisamente como Reina -valga la
redundancia- de la Vendimia, acompañadas
por el Presidente de la Cooperativa que, aquel día tenía también su momento de
gloria delante de un micro que, a veces
solo servía de adorno y de un magnetófono de la CAR -Cadena Azul de Radiodifusión- que recogería
sus palabras.
Era el año mil novecientos sesenta y seis o el sesenta y
siete o, quizás, el sesenta y ocho. No importa y seguramente la Reina como las
damas de Honor sean hoy abuelas. Posiblemente recuerden con nostalgia unos años
que no volverán porque todos somos irremediablemente más viejos –y más sabios-
y quizás se asome a unos ojos bonitos esas lágrimas de nostalgia que aún los
harán más hermosos.
En la foto reconocemos a Mary Carmen Raimóndez, hija de Mero
Peña, a Celina, hija de Varo, a Luciana de Paz y a Marisa Raimóndez, más
conocida como Marisa Peña y a Alfredo Fernández Sánchez, Currinche. Las otras dos
jovencitas, muy serias, aguardaban que el acto concluyese para ir a divertirse.
Nada más y nada menos.
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