Hoy ha sido verdaderamente un perfecto día de
invierno. El frío nos acompañó a lo
largo de la jornada y la lluvia intermitente,
acompañada de algún copo de nieve despistado, alegró la mañana. Ni si quiera la aparición de un tenue sol logró
suavizar la temperatura.
El veterano Pablo presentando una nueva figura de pan |
Félix y Saturno guardan el secreto de la masa |
Todo lo contrario sucedía en el interior de las panaderías de
Cacabelos. Los hornos funcionando a tope y el trajín de los diligentes
artesanos-panaderos lograban casi un ambiente tropical. Todas las manos eran pocas para confeccionar
las figuras de pan que mañana llevaremos a bendecir al Santuario de las
Angustias.
Son miles de panecillos los que saldrán de los
obradores entre hoy y mañana. Y no se trata simplemente de hacer una masa y
hacer bollos normales. Debe prepararse
de forma especial la mezcla y a continuación dar forma a cada pieza con las
hábiles manos de los trabajadores. Un trabajo que exige paciencia y pericia.
Me contaba esta tarde Demetrio Rodríguez en la
panadería de sus sobrinos (Panadería Pilar) que desde niño acudía estos días al
horno de su padre-Saturno Rodríguez-para ayudar. Labor que ha venido haciendo
prácticamente toda su vida. Incluso hoy, con noventa y tres años, la nostalgia
no le permite quedar en casa y dejar de respirar por unas horas el ambiente
frenético de esta víspera de la Bendición de los panes.
Esta panadería, Panadería Pilar, dentro de muy pocos
años cumplirá un siglo. Solicitó el permiso de apertura el padre de Demetrio,
Saturno Rodríguez, en 1922. Fue bautizada con el nombre de Imperial, aunque
distintas generaciones de cacabelenses la identificaron como Panadería de Saturno, Panadería de Félix y, los últimos años, Panadería Pilar, nombre que
sus hijos han querido mantener después de su muerte.
A los ya nombres míticos del pan-Indalecio, Saturno,
Leopoldo, Enrique, Jesús- se van agregando otros veteranos y ya jubilados:
Chas (Panadería La Golondrina) y Pablo (Panadería Pablo). La mejor noticia es que la saga continúa. Ahora
son los hijos y nietos de todos ellos los que han tomado la antorcha y
prolongan la buena fama del pan de Cacabelos.
Chas, otro veterano panadero, al mando del horno. |
Demetrio con sus sobrinos y sobrinos-nietos. posando con el cartel antiguo |
Excelente reportaje: muy buenas fotos, prosa sencilla, rigurosa y humana...
ResponderEliminarEs una tradición tan entrañable...
Mientras vivieron mis padres nunca dejaron de enviarme un paquete con los cuerniños, las palomas...
Demetrio está hecho un chaval...