
Juan al lado de su hermana Guadalupe
Juan en
Argentina
Su hermano Ángel le ofrece venirse a la
Argentina con empleo en sus negocios gastronómicos (rubros de restaurantes,
cafeterías).
Corría el año
1953 y en Argentina había aires prósperos -era el segundo mandato de Perón- con
una economía intervencionista, el estado como regulador de distribución de la
riqueza del país. La creación de industrias tanto en Buenos Aires como en el
interior del país le permitía crecer en forma rápida y continua. Este gobierno
estaba apoyado por los sindicatos que tuvieron sus inicios con aquellos
inmigrantes europeos que llegaron a principios de siglo. Argentina había pasado
de ser un país agroexportador a exportar productos industrializados.
Juan volvió a
su pueblo para despedirse de sus padres, hermano Pepe (Ferreiro), de su familia
(especialmente de su sobrino Pepín con el que encontraría 50 años después) y
especialmente de su hermana Rosa, su cómplice de niñez y adolescencia.
Hay una
historia muy hermosa que culmina 50 años después con su hermana y su mejor
amigo…
Su hermana
Rosa le pide que la lleve con él a la Argentina. Mi padre le promete que le
mandará el pasaje cuando se establezca en Argentina.
Se despide de
sus amigos y le pide especialmente a su mejor amigo, Juan Carlos, que cuide a
sus padres y hermana mientras él no este.
Corría el año
1953 cuando Juanito, un Carretón, partió a una nueva aventura….
En el año
1953 Juan viaja a la Argentina. Sus hermanos le pagan el pasaje en avión. Esto
da cuenta del nivel económico de sus hermanos.
Lo reciben sus hermanos con sus familias. Ángel, casado y 2 hijos, Teresa con su marido, Guadalupe con su marido y su hijo. Manuela ya no estaba, había muerto 2 años antes. Guadalupe moriría al poco tiempo de la llegada de Juan.
A Juan le
deslumbró lo bien que vivían, cada uno ya tenía su vivienda en barrios
acomodados de la zona norte de Bs As.
Ángel lo
incorporó a uno de sus negocios gastronómico y lo alojó en su casa con su
familia.
Para Juan, Ángel
eran prácticamente un desconocido ya que lo había visto por última vez cuando
tenía dos años. Esta diferencia de edad, de crianza, de historias, comenzaron a
marcar ciertas rispideces que culminaron separando nuevamente a los hermanos.
Habría pasado
un año desde que llegó, cuando se fue a buscar trabajo dentro del rubro (ramo
de hostelería) y a buscar vivienda para alquilar.
Alquiló en un
conventillo (pensiones comunitarias) de un barrio popular de la capital de Bs
As. Allí se alojaban paisanos suyos recién llegados en barcos e inmigrantes
internos de las provincias del interior del país.
Juan forma
una familia
Allí conoció a mi madre. Inmigrante interna de la provincia de Santa Fe
escapando de un padre abusivo y de grandes carencias económicas. Solían a ir a
bailar en la zona donde se escuchaba y bailaba tango, jazz, pasodobles… Era un
encuentro de inmigrantes europeos (españoles, italianos, polacos, húngaros) y
los argentinos. Los sábados luego de agotadoras jornadas de mucho trabajo se
armaban fiestas urbanas para olvidar nostalgias de la tierra dejada atrás. Mi
madre era muy buena bailarina, creo que eso fue una de las tantas virtudes que
conquistó a mi padre.
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| Mis padres Guadalupe y Juan |
En Argentina
se vivían ahora tiempos convulsionados política y económicamente. Los militares
habían derrocado un gobierno popular, el Peronismo. A nivel internacional los
países europeos se estaban recomponiendo de la II Guerra Mundial. El que fue el
granero del mundo en las décadas de los 30, 40, y 50, ya estaba en decadencia.
Mientras
tanto en España se seguía viviendo bajo la dictadura de Franco marcada por la
autarquía, la represión y la crisis económica.
Rosa, la
hermana menor de Juan, le pedía por cartas que le mandara el pasaje para su
viaje. Juan estaba en una situación difícil, alejado de su hermano, viviendo
precariamente en un conventillo, con salarios obreros muy bajos y con la
situación del país hecha un caos. No estaba todavía en condiciones para poder
traer a su hermana.
De pronto, se corta la comunicación con ella. No respondía las cartas, su amigo tampoco. Pensó que se habían enojado con él. Pero ese no era el motivo.
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| Última foto que recibe Juan de Rosa. La acompañan sus sobrinos Jovita, Rosario y Pepín |
Unos años
después viajó Teresa a Cacabelos. La noticia que le trajo era que su hermana se
había ido del pueblo con su mejor amigo, con Juan Carlos.
Nadie le
quería decir donde estaba su hermana o no sabían. Había deshonrado a la familia,
según Teresa. A Juan no le interesaba eso, solo quería retomar el contacto con
su hermana. Recién lo lograría 50 años después.
En el año 1959 llegó al mundo otra Carretona,
la única hija de Juan y Guadalupe, yo, Alicia (en honor a Elicia abuela paterna)
María Luisa (en honor a mi abuela materna).
Mis padres
vivían en el conventillo cuando nací. Al año alquilaron una casa alejada del
centro. Tardaban 2 horas para ir y 2 horas para volver de sus respectivos
trabajos.
Cuando cumplí
3 años mis padres pudieron comprar un terreno y comenzar a construir su casa.
Uno de los aromas de mi infancia es del cemento fresco en la construcción.
Mis padres
eligieron una zona con árboles y un río cerca del que mi padre decía que le
recordaba el río de su pueblo. Allí me enseñó a nadar y allí pasábamos largas
tardes en la orilla. Construíamos
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Teresa de visita en Cacabelos. De izd a der: Pepe el
Ferreiro, su madre Elicia, Teresa y Angustias, la mujer de Pepe |
Mi padre me
hacía las comidas, me mandaba a la escuela (me hacía las trenzas diciéndome que
así trenzaban los ajos en su pueblo), compartíamos todo mi día. Esto motivó
tantas historias y recuerdos de su infancia y ahora de la mía.
Juan era un
hombre callado, tranquilo, paciente y muy trabajador. Trabajaba de noche, pero
siempre estaba trabajando en la huerta, plantando árboles frutales, criaba
gallinas, conejos, patos.
Tuve la
sensación en mi infancia de un hombre nostalgioso, siempre extrañaba su tierra.
Yo le preguntaba todo y el me lo contaba con entusiasmo, ese era nuestro
vinculo profundo. Pasábamos mucho tiempo juntos, íbamos al río, los días de
festivos me llevaba al cine a ver películas de Joselillo, o al teatro Avenida a
ver zarzuela o a visitar a su hermana Teresa.
Yo notaba un
gran contraste entre mi familia materna y la de mi papá. Mi madre era la mayor
de 7 hermanos, eran 5 mujeres y sus hijos, mis tías y mis primos. En cambio, mi
papá solo tenía a su hermana mayor. Las mujeres de mi familia materna tenían
las características de la fortaleza que enseña la vida de penurias y
sacrificios, con mucho carácter, pero a su vez muy contenedoras y protectoras.
Mi padre era muy querido y respetado por ellas y mis primos.
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Con mi papá y un primo el año 1969 |
Así crecí con
mucho amor, sintiéndome el centro de estos dos seres golpeados por una vida
llena de privaciones que intentaron y lograron darme todo aquello que a ellos les
faltó. El tema del estudio era uno de sus principales valores como posibilidad
de movilidad social a la que ellos no habían tenido acceso.
La dictadura
militar
Cuando era
adolescente y cursaba la escuela secundaria, año 1976, se produce el golpe
militar. Mis compañeros y yo hacíamos trabajos comunitarios ya que íbamos a una
escuela católica.
Los vecinos
del barrio estaban organizando una cooperativa para arreglos en el barrio. La
represión venía siendo cada vez más violenta, los militares entraban a los
barrios y allanaban las viviendas de los vecinos. Una de ella fue mi casa.
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Mis padres Guadalupe
y Juan en tiempos de la dictadura militar
Mi padre estaba trabajando. Cuando volvió
quemó todos mis libros y revistas políticas que utilizábamos en la escuela,
incluso su colección de la guerra civil española que compraba semanalmente.
Yo me enojé mucho con él, no dimensionaba los peligros del momento, cosa que mi
padre lo sabía por haber vivido la guerra civil y la represión en su país.
Eso me salvó la vida porque al otro día vinieron de vuelta y no encontraron nada que justificara un secuestro.
Él siempre tuvo conciencia y responsabilidad política con su España natal. Mantuvo su nacionalidad española orgullosamente. Cuando al final del franquismo se dio apertura a la democracia parlamentaria mi padre votaba a través de la embajada española.
Fueron años duros tanto política como económicamente. Me casé joven, tuve tres hijos varones y comencé a estudiar en la universidad cuando mis hijos iban a su escuela, quedé embarazada de mi hija, la cuarta, y mi padre seguía acompañándome para que terminara mis estudios, me faltaba dos años para licenciarme.
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| Con mi papá cuando su primer nieto iba a venir al mundo |
En esa época ya se había jubilado, pero seguía trabajando de sereno en un restaurante. Cuando volvía de trabajar, pasaba por mi casa, se quedaba con mi hija pequeña hasta el mediodía que venía de la universidad con mis otros hijos de la escuela.
Cuando me gradué el título se lo regalé a mis padres que me habían ayudado a recibirme.
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Guadalupe y Juan con sus nietos, mis hijos, Sebastián (el mayor) y Matías (el bebé)
Con mi madre
lo veíamos triste luego de dejar de trabajar, así que comenzamos a convencerlo
de viajar a España a ver su pueblo.
Continuará...







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