LAS MOZAS DE CACABELOS NO NECESITABAN
“PILDORAS CIRCASIANAS”
Por Antonio Esteban
Hasta finales del siglo XX, fecha en la que se pusieron de
moda los “botox”, las jovencitas
tomaban las célebres “pilules
circasianas” o el aparato llamado
“Thais”, para el desarrollo, endurecimiento
y reconstitución del pecho. Las “pilules” se vendían en farmacias a 9,30 pesetas
frasco -0,05 céntimos de euro- o, bien tenían que dirigirse, por correo, al apartado 481 de Barcelona. Estas
“pilules” estaban avaladas por
el doctor Brun y según los anuncios hacían desaparecer los hoyos de las carnes y en dos meses las señoritas
que las usasen tendrían más desarrollo y turgescencia También
servían para combatir la anemia, por
déficit de hierro, estados de ferropecia larvados, anemias del embarazo,
lactancia, fatigas, depresiones por menopausias, apatía o insuficiente
desarrollo de las glándulas mamarias.. El laboratorio Pereira aseguraba
que contenían manganeso lácteo, arsénico
de antimonio, genciana, gluconato ferroso, medicago saliva, estrepol y
vitaminas B1 y B2 y si no se estaba convencido, lo estaría al leer el
siguiente anuncio: “Señorita. 24 años,
senos blandos y antiestéticos ha obtenido un maravilloso resultado después de 4
meses. Debe ser usado por toda mujer que quieras tener senos duros y bien
formados
Las mozas de Cacabelos no
necesitaban tal tipo de propaganda. Su propia naturaleza y el aire limpio de El
Bierzo les proporcionaban lo necesario para ser atractivas y en la foto tienen el ejemplo. Ellas son:- Lucita, la “Curra”, Pili, la “Fuca” y Kile, hermana de Tito que regentaba una tintorería y vivían encima de la Vinoteca. .Un
claro ejemplo de cómo eran nuestras mozas sin necesidad de potingues.
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