lunes, 13 de julio de 2020

LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES 14. El Puerto de Ancares y su entorno




LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES

14. El Puerto de Ancares y su entorno

Por Pepe Couceiro

En la más remota antigüedad se decía que los dioses más poderosos residían en las más elevadas montañas y allí decidían sobre los designios de la incipiente e insignificante humanidad. 

Cuando alcanzamos el Puerto de Ancares y presenciamos el panorama que se extiende a su alrededor, casi podemos intuir la razón por la que aquellas primitivas mentes propagaron esas leyendas; al fin y al cabo, ¿qué Dios, en su sano juicio, podría rechazar vivir en tales moradas celestiales? Si después de conocer la divina belleza de los excelsos picos de esta Sierra siguieran manteniendo su morada en el monte Olimpo, habría que hacer caso al título que da nombre a la película de Jamie Uys: Los dioses deben estar locos y, de no haber reconsideración alguna por su parte, al de la obra maestra de mi admirado Billy Wilder: El crepúsculo de los dioses, y si persisten en su grave error, al de una de las mejores cintas del gran cineasta Luchino Visconti: La caída de los dioses.

La cima del Puerto de Ancares a 1.669 metros.

El Cuiña al fondo con sus 1.997 metros erigiéndose como el mayor gigante de la Sierra de los Ancares, escoltado por el pico Venera en primer plano a 1.822 metros.
El pico Campanario o Dos Hermanitos (1.904 y 1.905 metros) vistos desde el puerto.
El río Ancares llenando de fulgor al valle de su mismo nombre en una toma desde el puerto.

Una de las aristas a las que podemos acceder desde el puerto y que placenteramente estábamos recorriendo en el momento que realizamos la toma.

Desde el puerto podemos acercarnos al mirador y contemplar el precioso paisaje que rodea Balouta, en el término de Candín, un punto del Bierzo situado en las fronteras de Galicia, Asturias y León. 

Si no recuerdo mal, la primera vez que visitamos este lugar fue en 1976, cuando durante el verano nos detuvimos para inmortalizar nuestro paso (ver fotografía) en una de las primeras etapas de la excursión más larga que hayamos realizado que nos llevaría a Navia, en el Principado de Asturias. 

Balouta a nuestros pies durante el verano de 1976 en una toma desde el mirador. Toño Alija (izquierda) y el que esto escribe gozando de una vista irrepetible, la de una humilde aldea, entonces repleta de originales pallozas, como un bello y nostálgico recuerdo de lo que podemos encontrar hoy día.

En ese largo trayecto optamos por los viejos caminos que los aldeanos y su ganado habían ido moldeando siglo tras siglo, seguramente por los que nunca había pisado excursionista alguno hasta esa fecha. Entre mis recuerdos destaca la extraordinaria ayuda de los mapas del ejército, los cuales reproducían fidedignamente las sendas más ocultas; gracias a ellos acortamos las etapas y descubrimos recónditos espacios enteramente salvajes (ver fotografía).
 
Examinando la ruta más adecuada a seguir en el inicio de un día del verano de 1976. Aquellos mapas del ejército (E: 1/50.000) fueron primordiales en nuestras continuadas andanzas. De izquierda a derecha: el que esto escribe, Toño Alija e Isidro Canóniga.

En una envidiable encrucijada de arroyos, los sempiternos verdes prados que flanquean Balouta constituyen un preciado sustento para el ganado, principal motor económico de sus gentes en la actualidad (ver fotografía).

Los verdes prados de Balouta, otro de los atractivos cuando visitamos el lugar.

Allí, desde sus faldas, podremos quedarnos absortos admirando el coloso Miravalles, eterno guardián de Balouta y alrededores. En los breves instantes en los que nuestra mirada se cruza con él, es difícil no reconciliarnos ante nuestra insignificante existencia y recuperar la humildad que, sin darnos cuenta, extraviamos cuando abandonamos repentinamente nuestra niñez (ver fotografía).

 
El Miravalles (1.969 metros) visto desde las cercanías de Balouta, luciendo su máxima belleza desde su cara norte
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En aquellos tiempos el paisaje dibujado por sus habitantes era bien diferente al actual, con las pallozas como únicas construcciones y la magia de una sublime armonía con la madre naturaleza (ver fotografías).

 
Tradicional palloza de Balouta en 1981

Un característico hórreo próximo a Balouta y fotografiado en 1981
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Próximo a Balouta podemos hacer una visita a Suarbol, otra pintoresca aldea perteneciente al municipio de Candín (ver fotografías).

La iglesia de Suarbol, testigo de una reciente nevada
 
Los prados de Suarbol embelleciendo su entorno.
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Y ya que estamos a solo un par de kilómetros de Suarbol podemos pasar a la comunidad gallega y disfrutar de Piornedo, otra de las joyas cercanas al puerto. Un humilde poblado situado a 1.100 metros de altitud perteneciente a la parroquia de Donis, municipio de Cervantes en la provincia de Lugo (ver fotografías).

Palloza y cerca de madera en Piornedo.
 
Uno de los incontables lienzos con los que nos encontramos en el paisaje cercano a Piornedo
La capilla de San Lorenzo de Piornedo.

Estampa vinculada al Piornedo actual

Hórreo y palloza, síntesis de perfecta armonía en Piornedo

Es fácil darse cuenta de la inagotable de belleza que encarna nuestro Bierzo; esa que nos incita a aflorar nuestras más profundas y gozosas emociones. Mientras el cuerpo aguante seguiré trasmitiéndoos la majestuosidad de otros de sus interminables rincones, describiendo con agrado los instantes de tiempo congelado que he tenido la fortuna de atrapar sobre pequeños trozos de papel o de diminutos sensores digitales.

AGRADECIMIENTO: A mi amigo hermano Isidro Canóniga, por sus apuntes identificando los picos cercanos al Puerto de Ancares y por haber sido mi silente y admirado maestro en el fascinante arte de la fotografía.

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