La prudencia y la mesura se afianzan con la edad como quedó
demostrado este sábado de agosto con la celebración de la comida-encuentro de
los quintos y quintas nacidos en 1948. Se conformaron con una comida que no
quisieron alargar más allá de una dilatada sobremesa. Fue suficiente para
confraternizar durante unas horas recordando viejos tiempos y evocando sobre
todo los años de infancia y juventud.
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