En “Las noches del Camino” tocaba este sábado cena con la
caldereta peregrina que se han inventado los componentes de Voluntarios Flavium
que tanto éxito cosechó el pasado año y
que ha vuelto a repetir en esta edición.
La noche era calurosa y poco propicia para cenar algo
caliente, pero si probabas el contenido del pote de barro que te ofrecía esa
asociación en la Plaza de Abastos, no podías resistir la tentación de continuar
con la cuchara hasta agotar todo el contenido. Sabrosa caldereta peregrina y
sabroso bollo preñao para acompañar
que también era obligatorio comer.
El dinero recaudado por la comida, venta de artesanías y
globos con premio se destina a Voluntarios Flavium.
Feli orgullosa con su nieto |
Cada globo tenía un premio |
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