jueves, 13 de junio de 2019

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCLV)



TODO CAMBIA / NADA CAMBIA

Por Antonio Esteban
 
Les voy a confesar un secreto inconfesable. Claro que, si fuera inconfesable, no lo confesaría. En todo caso es un secreto y, si son capaces de guardarlo, guárdenmelo.
Esta mañana me levanté inspirado   -la inspiración llega en cualquier momento-   y comencé a escribir un relato para enviar a un conocido certamen literario llamado  LA SONRISA VERTICAL.

En el concurso únicamente pueden concursar   -valga la redundancia-   relatos sicalípticos, palabra cuyo significado no explico para que consulten el Diccionario. Y ahí está el secreto: en la palabra sicalíptico.

El relato cuenta la historia de un joven escritor   -no soy yo-  obsesionado por la letra “v”.  Y, en eso andaba, cuando recordé que no había preparado mi artículo semanal para el blog, un blog que tantas alegrías literarias me proporciona. Inmediatamente abandoné el relato; busqué en el archivo una foto y escribí el texto que ahora están leyendo: TODO CAMBIA / NADA CAMBIA.

El Cúa, por ejemplo, no cambia. Sigue discurriendo manso o bravo bajo la puente, desde hace siglos. Elita, sin embargo, ha cambiado y Esmeralda ha cambiado y Lucía, la hija de Esmeralda, ha cambiado.

A veces se cambia para bien y, a veces se cambia para mal. Y, en ocasiones, únicamente se cambia. Ni para bien ni para mal. Se cambia.

No hago más circunloquios. Los dejo con una hermosa fotografía en color sepia, de ayer, y retomo el relato que comienza así: “Conocí a Virginia Vasconcelos Voces, violinista de Vigo, vieja, voluminosa y virgen en Vitigudino…”.

Un relato en el que prima la letra “v”.

Los escritores, a veces, somos así de retorcidos.

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