BERNARDO Y LUCITA
Por Antonio Esteban González
Lucita Luna, la niña de la fotografía era sobrina -es
sobrina- de Bernardo, más conocido por
el “Danza” o, dicho de otra manera, Bernardo era tío de Lucita y yo, apurando
las posibilidades del parentesco, añadiríamos que Bernardo casó con Tilde, la
“Castilla” y Lucita, después del matrimonio, fue sobrina de ambos, de Tilde y
de Bernardo. Es fácil entenderlo, aunque, en esto de los parentescos por
afinidad o consanguineidad, hay cosas, a veces, difíciles de comprender y hasta
se hacen chistes o adivinanzas: ¿qué parentesco tendré yo con el hermano de un
primo de la sobrina de mi mujer, por ejemplo...? Así que es mejor dejarlo como
está.
Aquí, en la foto que ya tiene a sus espaldas varias decenas
de años y eso se nota en los lacitos que adornan el pelo de Lucita- se ve a sobrina y tío manejando la guitarra,
uno, y la mandolina o bandolina, otra.
Los lacitos que lleva Lucita en el pelo estaban muy de moda
en aquellos entonces. Hoy, los adornos son diferentes y las niñas de la edad de
Lucita, casi todas, lucen melena sin lacitos, pero es que los tiempos, como
dice la canción, han cambiado una barbaridad. Antes, las niñas tocaban -o
podían tocar- instrumentos de cuerda y
hoy pasan olímpicamente de ellos.
Por cierto y haciendo un paréntesis en el relato diré que el
instrumento que parece manejar la niña es una mandolina o bandolina -ya
dije- y en el museo de Cremona, en Italia, existen
planos de mandolinas dibujados por Antonio Stradivarius, el creador de los
violines más famosos del mundo.
En fin, resumiendo, tenemos hoy una fotografía tierna y nostálgica
que vuelve a acercarnos al ayer de nuestra villa.
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