Hacia las siete menos cuarto de
la tarde un rayo provocó el incendio de uno de los cipreses centenarios del cementerio
y pronto las llamas se extendieron al menos a otra docena de ellos. A pesar de
la lluvia torrencial que a esa hora caía sobre Cacabelos, el fuego fue pasando
de unos a otros haciéndolos arder como teas.
Hasta el lugar se desplazó el
Alcalde, quien se hizo cargo de las primeras medidas de seguridad mientras
llegaban la Guardia Civil y los Bomberos de Ponferrada que lo hicieron pasadas
las siete y media de la tarde.
Muchos cacabelenses se
desplazaron hasta las inmediaciones para contemplar con tristeza como desaparecían
en pocos minutos esos espectaculares árboles tan significativos de nuestro
cementerio.
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